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Reportaje:

Fútbol y televisión, matrimonio en crisis

La suspensión de pagos del grupo Kirch y de ITV Digital cuestiona el exorbitante mercado de los derechos deportivos

'El coste de los derechos deportivos ha alcanzado su límite, la escalada masiva de la pasada década ha llegado su fin'. Las palabras de Greg Dyke, director general de la BBC, pronunciadas el pasado mes de febrero, eran premonitorias. El pasado lunes, Kirch Media, el primer grupo de comunicación privado de Alemania, suspendió pagos, en una de las mayores crisis empresariales de ese país. Su deuda asciende a 6.500 millones de euros. Para muchos analistas financieros, en buena parte Kirch se ha visto arrastrado por su desmesurada vocación por la compra de derechos deportivos. Dos muestras: en 1996 pagó 1.683 millones de euros por los Mundiales de fútbol de 2002 y 2006 (por el de 1998 se habían abonado 138,23); cuatro años después desembolsó 1.549,37 millones de euros por cuatro temporadas de la Bundesliga. Trece días antes del bombazo de Kirch, la británica ITV Digital también suspendió pagos, estrangulada por su factura con diversos clubes británicos.

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¿Qué ha ocurrido para que la que se suponía era la gallina de los huevos de oro se haya desinflado? Para muchos expertos del sector, la causa principal no es otra que la saturación, con tantas retransmisiones en abierto, codificadas y en pago, lo que impide la exclusividad del producto. 'En su momento, las plataformas digitales establecieron con las Ligas precios fijos, no porcentajes por club en relación al número de abonados generados por cada equipo; y eso fue un error, porque, en el caso de España, por ejemplo, se ha revelado que sólo el Madrid y el Barcelona tienen interés nacional', sostiene Arturo Rojas, analista financiero de medios y telecomunicaciones. Con el mercado cuesta abajo, en España se tendrán que renegociar los contratos televisivos la próxima temporada, cuando expiran los actuales. El Madrid -con Sogecable- y el Barcelona -con Vía Digital- ya han renovado sus acuerdos hasta 2008, duplicando su factura. Según datos facilitados por Audiovisual Sport, la empresa tenedora de los derechos televisivos del fútbol español, el Madrid y el Barça copan el 70% de las compras de partidos en pago por visión. El resto de los clubes profesionales aún deben negociar, 'y seguramente a la baja', subraya Rojas. La factura que pagan las dos plataformas digitales -Vía y Canal Satélite-, junto a las autonómicas y Televisión Española, asciende a 228,3 millones anuales por los encuentros de Primera y Segunda. Fuentes de Sogecable recuerdan la evolución del conflicto en España: 'A mediados de los noventa, y ante el lanzamiento de nuevas televisiones de pago, hubo una puja muy fuerte por los derechos de los clubes. Las expectativas de ingresos fueron muy superiores a lo que la realidad nos ha demostrado. Se estimaba que un partido importante del Madrid o del Barça podría generar miles de millones, y se ha quedado en centenares'.

Los derechos de televisión suponen el 51% de los ingresos de los equipos españoles, según datos de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el porcentaje más alto de las grandes ligas, donde se explotan mejor otros recursos. En Alemania, este porcentaje alcanzaba el 31%, pero el colapso de Kirch ha dejado a la intemperie a la Bundesliga. La Liga alemana tenía un contrato suscrito en la temporada 2000-2001 hasta la 2003-2004 cuatro veces superior al anterior, cuando recibió 460 millones por el mismo número de años. Kirch aún adeuda a los equipos alemanes unos 900 millones.

Este grupo de comunicación, fundado en los años cincuenta por Leo Kirch, de 75 años, un ferviente católico, con problemas de salud a causa de una diabetes aguda, no ha podido rentabilizar su canal Premiere, que retransmite en directo y en pago todos los partidos de la Bundesliga. Con un inmenso soporte de derechos deportivos y cinematográficos -otra de las pasiones de su fundador desde que en 1955 viajara a Madrid en un escarabajo para comprar los derechos de Marcelino pan y vino- y tres millones de abonados, Premiere tuvo todo a su favor. En Alemania, los derechos de televisión relacionados con los deportes están exentos de la aplicación de la normativa antimonopolio. Por esta razón, Kirch pudo adquirir todos los derechos, sin necesidad de compartirlos con nadie. El magnate alemán tuvo el camino más despejado que nadie, puesto que en su país no se televisa fútbol en abierto. Sólo gracias a una intervención personal del primer ministro, Gerhard Schröder, los alemanes pueden ver resúmenes de la jornada en la televisón pública. Eso sí, ahora, tras el batacazo de Kirch Media, la ARD se ha apresurado a anunciar que 'no hay dinero' para hacerse cargo de la Bundesliga, en palabras de su presidente, Fritz Pleitgen. 'La quiebra de Kirch puede servir para que entre todos redimensionemos el fútbol y nos adaptemos a la realidad', dijo a las pocas horas del crash del gigante alemán el gran gurú germano de este deporte, Franz Beckenbauer, presidente del Bayern Múnich.

Pedro Tomás, presidente de la LFP, se rebela contra este discurso: 'Es una falacia que Kirch se haya hundido por el fútbol, ya que los derechos deportivos suponían tan sólo el 8% de su presupuesto; también ha reventado Arthur Andersen y no por ello se han ido al garete todas las firmas auditoras'. 'El fútbol', agrega Tomás, 'es un sector en crecimiento continuo, y en España hay 18 millones de personas que se declaran seguidoras diarios de este deporte. Las televisiones se equivocarán si rompen su matrimonio con el fútbol'.

Sea como fuere, si Kirch no ha podido sobrevivir en las mejores circunstancias posibles, con exclusivas y sin fútbol en abierto -al contrario que en España-, peor le ha ido a la ITV británica, que suspendió pagos el pasado 27 de marzo. Esta cadena, cuyos principales accionistas son Granada y Carlton, tenía un contrato con los clubes británicos de 315 millones por tres años. Ya ha abonado 133, pero aún le faltan 182 hasta agosto de 2003. La quiebra de ITV amenaza con arratrar en su caída a 72 clubes británicos de Primera, Segunda y Tercera. La Premier, la máxima categoría, tiene un acuerdo diferenciado con BSkyB, la compañía de Rupert Murdoch, que participa junto a Silvio Berlusconi en el accionariado de Kirch.

ITV intentó, sin éxito, renegociar a la baja su contrato. La cadena británica quería pagar sólo 81 millones de lo que debe a la Liga por esta temporada y la siguiente. Con sólo 1,3 millones de abonados, ITV ha sido incapaz de plantear batalla a Murdoch, que ha logrado seis millones de abonados en BSkyB. Los seguidores británicos, que sólo pueden ver en abierto los partidos de Copa y de la selección en la BBC, además de los resúmenes en abierto de ITV, se consideran saturados. Y eso que la Premiere se ha cuidado mucho de no inundar el mercado. Para ello, su contrato en vigor contempla que sólo se pueden retransmitir en pago por visión 106 de los 380 partidos del campeonato. El acuerdo, por tres años (2002, 2003 y 2004) alcanza los 2.820 millones, 940 anuales, 8,8 por partido. En el contrato anterior (1997-2001) se fijaron 60 partidos por 301 millones. Los estadios británicos tienen una ocupación del 90%.

Todo lo contrario que en Italia, donde la asistencia se ha reducido al 50%. Y eso que tampoco en el calcio hay fútbol en abierto. Cada jornada se emiten dos partidos en pago y el resto en el sistema de pay per view a través de las dos plataformas digitales, Telepiú y Scream, con 2,5 millones de abonados entre ambas, que, además, están en proceso de unificación. Cada plataforma gestiona los derechos de determinados clubes y difunden partidos diferentes. El calcio recauda por televisión 430,38 millones. La RAI quiere negociar a la baja lo que paga por los resúmenes, este año 90,3 millones.

Pero los clubes italianos atraviesan serias dificultades financieras. En este apartado van por delante de todos sus rivales europeos. A pesar de estar respaldados por grandes multinacionales -la Fiat, con el Juventus; Mediaset, con el Milan; Pirelli, con el Inter-, las deudas globales a 30 de junio de 2001 ascendieron a 695,5 millones. El agujero no impidió al fútbol italiano mover 460 millones en fichajes sólo en la primera semana del último mes de julio. Con los adelantos financieros de la televisión agitaron el mercado. Unos meses después, desde los propios clubes italianos se lanzó un mensaje transfronterizo: la necesidad de frenar la escalada de los salarios de los futbolistas. Los Rivaldo, Raúl, Zidane, Recoba (Inter), ya están por encima de los seis millones anuales. Y otros más modestos, caso de Michel Salgado (Madrid) o Bonano (Barça), pasan del millón de euros. En Italia, los salarios suponen más del 80% del total de los gastos de los clubes, una cifra similar a la española. Un deporte que se llevó las manos a la cabeza cuando en 1996 el Barça pagó 15 millones por Ronaldo. Seis años después, con el escudo de la efervescencia televisiva, el Real Madrid pagó 69,1 millones por Zidane. Uli Hoeness, histórico ex futbolista y actual directivo del Bayern, enfatiza: 'Es difícil sacar más dinero de la televisión, es la hora de decir no a los traspasos tan altos'.

El futuro español

'Es verdad que los clubes aprovecharon la guerra digital para hacer buenos contratos, pero el dinero no se ha dilapidado; la prueba es que nuestros equipos son punteros en Europa'. Pedro Tomás, presidente de la LFP, está convencido de que no debe saltar la alarma por lo sucedido en otros países: 'La alarma se disparará cuando los jugadores no cobren o los bancos no financien; el Depor acaba de refinanciar su deuda de corto a largo plazo'. Sin embargo, desde algunos clubes se advierte de que el dinero de la televisión ha permitido que los modestos fichen buenos jugadores, una estrategia positiva para la competición pero que genera una economía artificial, un monopoly. Los operadores también creen que en España el sistema es más estable. 'Aquí se produjo la primera gran guerra por derechos del fútbol y el arreglo que se encontró, poniéndolo todo en un puchero común (Audiovisual Sport), permitió una estabilidad', subrayan fuentes del sector audiovisual. Ante las negociaciones de 2003, cuando expira la mayoría de los contratos, Audiovisual Sport baraja que los clubes se impliquen en la explotación de los derechos, con la toma de una participación en As o una nueva entidad. Por supuesto, pese a la intención de los operadores, el fútbol no está dispuesto a rebajar el precio . El Madrid y el Barça ya han firmado al alza hasta 2008, y eso complica la posición del resto. Según As, hay partidos sin los grandes que no cubren gastos.

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