Los familiares de Milena creen que está "muerta cerebralmente"
'Su corazón late, pero cerebralmente está muerta', dice la familia
Los familiares y amigos de Ana Milena Toro, la mujer colombiana de 29 años que desde el pasado 24 de marzo está en coma tras someterse a una operación de cirugía estética, tienen cada día menos esperanzas. Los allegados temen que pueda quedarse defintivamente en estado vegetativo, ya que lleva 20 días en 'coma profundo'. 'El corazón le late, pero cerebralmente está muerta', explicó una portavoz familiar.
Ana Milena Toro, la colombiana que el pasado día 24 de marzo sufrió una parada cardiorrespiratoria tras haberse sometido a una dermolipectomía (corte del tejido y grasa sobrante del abdomen) en la clínica de cirugía estética Bruselas, continúa ingresada en el hospital de la Princesa en estado de coma. Según indicó a Europa Press la portavoz de la familia, Pilar Hernández, la paciente se encuentra en un estado de muerte cerebral y temen que pueda quedarse en estado 'vegetativo', ya que la parada cardiorrespiratoria que sufrió tras la intervención le ha provocado un importante daño cerebral.
Y es que las esperanzas para la familia se van apagando día tras día, a pesar de que la semana pasada Ana Milena abrió los ojos. Pero la mujer no pudo ver nada, porque sigue en estado de 'coma profundo'. 'El corazón continúa latiendo y ella ya respira sin necesidad de estar conectada a una máquina, pero cerebralmente está muerta', admite Hernández.
Los familiares de la mujer, según la portavoz, mantienen la idea de interponer una denuncia contra el centro de estética donde fue intervenida, aunque desconocen cuándo se hará efectiva, ya que, según dijo, 'al abogado le falta ultimar algunos detalles'.
El Centro Clínico Bruselas siempre ha mantenido que la paciente sufrió una parada cardiorrespiratoria sobre la una de la madugada del domingo 24 de marzo, pero el servicio de urgencias de la Consejería de Sanidad recibió el aviso a las 2.46,, casi dos horas después.
'Puede que a Milena le causara el daño que sufre el tiempo que tardaron en trasladarla desde la clínica hasta el hospital de la Princesa', argumenta Carmen Montoya, cuñada de la paciente. Tanto Milena como su familia residen desde hace más de diez años en Fuenlabrada, donde viven con sus dos hijos (una niña de diez años y un bebé de seis meses). Allí dirigen un locutorio.
Todos los requisitos legales
La cuñada de Milena Toro comentó hace unos días que 'la familia es consciente de que la clínica cumple con todos los requisitos legales', aunque lamentó la falta de una unidad de cuidados intensivos en el centro en el que fue intervenida, ya que, en su opinión, 'es imprescindible en caso de dificultades con cualquier paciente'.
La Consejería de Sanidad ha abierto una investigación para determinar qué le pudo suceder a Milena para sufrir este problema después de haber dejado el quirófano consciente y hablando. Los inspectores de Sanidad visitaron el centro médico, sito en la avenida de Bruselas, tras la operación y comprobaron que cuenta con las instalaciones, los materiales y el personal adecuados. Sin embargo, la investigación sigue abierta. Fuentes del centro clínico aseguraron que Milena Toro tuvo a su disposición un anestesista y el equipo de reanimación necesarios.
La portavoz de la familia, Pilar Hernández, y el marido de Milena han mantenido reuniones con su abogado para concretar los pormenores de la denuncia que planean interponer contra el Centro Clínico Bruselas. 'Lo único seguro es que va a haber una denuncia ante un juzgado. Hemos hablado con el abogado y nos ha comentado que es muy importante saber qué tipo de anestesia se le administró y el tiempo exacto que tardó la clínica en llamar a los servicios de urgencia', explicó Hernández.
Por su parte, la asociación El Defensor del Paciente ha pedido que la Fiscalía de Madrid actúe de oficio en este asunto.
El caso de Milena es el segundo de gravedad que se produce en una clínica de estética desde que comenzó el año. El pasado 25 de enero, Déborah Catalán Gutiérrez, de 36 años, falleció tras someterse a una operación estética para eliminar grasa en la clínica Icema, en el distrito de Salamanca. La Consejería de Sanidad descubrió entonces que el centro era ilegal y procedió a clausurarlo.
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