El Vaticano pide una negociación sobre el cerco a la Natividad

La basílica de la Natividad, sometida desde el pasado día 3 a un asedio por parte del Ejército israelí, se ha convertido ya en un conflicto internacional. El Vaticano ha sugerido que una comisión mixta formada por israelíes y palestinos negocien una salida pactada al problema, que ponga fin al encierro en el que se encuentran los 40 religiosos y los cerca de 200 palestinos, entre los que hay activistas armados.

La propuesta del Vaticano trata de impulsar el proyecto lanzado por algunos de los encerrados y aceptado por sectores de la Administración israelí, que sugiere la salida de los encerrados y su conducción a Gaza, donde permanecerían en libertad. Esta fórmula ha venido siendo utilizada en el último año de forma arbitraria y unilateral por el Ejército israelí con civiles palestinos detenidos en Cisjordania, que han venido siendo 'liberados' en Gaza, donde les es imposible moverse.

La propuesta del Vaticano parece abocada al fracaso, según se desprende de las últimas declaraciones del portavoz del Ejército israelí, que aseguraba que entre los asediados hay al menos 30 'terroristas muy buscados'. Por su parte la Autoridad Palestina se niega a entablar una negociación sobre el futuro de los asediados.

En medio de los intentos de diálogo, el responsable de la comunidad franciscana, que tiene a su cargo la custodia del templo en el que se guarda la cueva donde nació Jesús, acusó ayer al Ejército israelí de disparar contra las dependencias religiosas y de cegar el suministro de agua y electricidad. El Ejército desmintió categóricamente haber efectuado los disparos.

La situación de los asediados de la basílica de la Natividad es similar a la que se encuentran los encerrados en la Mokata, de Ramala, donde está enclaustrado el presidente Yasir Arafat con cerca de 400 personas, entre ellas una treintena de pacifistas.