Decía siempre la verdad
La muerte de Joaquín Vidal ha sido para mí una enorme sorpresa. Ni siquiera sabía que estaba enfermo, y pensaba que ya estaría en Sevilla, como todos los años. La noticia me ha dejado helado. No éramos amigos, porque Joaquín no mantenía contactos con los toreros, pero me entrevistó varias veces para el periódico y conocí a un hombre muy culto, muy buen aficionado, ameno y muy respetuoso con los demás. Creo que era un magnífico escritor y le estaré siempre muy agradecido porque escribió sobre mí artículos preciosos. En sus crónicas defendía lo que debe ser el toreo auténtico y decía siempre la verdad. Yo era un ferviente admirador de sus escritos, porque me gustan los escritores de toros que ofrecen garantías. Y Joaquín me las ofrecía todas. Siento su muerte muy sinceramente. La desaparición de un hombre tan brillante como él es una gran pérdida para nuestra fiesta.
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