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Los jueces exculpan a la Generalitat de no dar jeringas a los presos

La Audiencia dice que ninguna ley reconoce este derecho como forma de evitar el sida

El suministro de jeringas a los reclusos drogodependientes como forma de evitar el contagio de sida no está reconocido en ninguna norma y, por tanto, los presos no pueden reclamar ese derecho. Esta es la teoría que expone la Audiencia de Barcelona en una reciente resolución por la que archiva la querella presentada por varias asociaciones contra altos cargos de la Generalitat a los que se acusaba de lesiones y discriminación.

El origen de la querella es el contagio de sida que sufrieron dos presos que llevaban varios años cumpliendo condena en las cárceles catalanas. A Alberto C. M. se le diagnosticó en octubre de 1998 y a Miguel R. en diciembre de 1999. Meses después, varias asociaciones se querellaron contra los entonces consejeros de Justicia y de Sanidad, sus predecesores y altos cargos de ambos departamentos. En síntesis se les acusaba de abandonar su obligación de garantizar el derecho a la salud de los presos y de discriminarlos por no permitirles el intercambio de jeringas que se facilita a los drogadictos fuera de la prisión.

La querella ha estado casi dos años dando vueltas por diversos órganos judiciales y ahora ha sido archivada definitivamente por la Audiencia de Barcelona. El razonamiento de los jueces es que se no se puede acusar de discriminación a los responsables políticos porque éstos no tienen la obligación legal de repartir jeringas a los presos drogodependientes para evitar el sida. En este sentido, la Audiencia añade que la Ley General de Sanidad y la Ley Penitenciaria no se han incumplido porque sólo establecen principios generales sobre las funciones de las penas, el respeto a los presos o la obligación de velar por su salud.

Además, la resolución de la Sección Séptima de la Audiencia de Barcelona descarta que se pueda acusar de lesiones a los querellados porque no se concreta qué intervención exacta tuvieron en el contagio de los dos presos. Los jueces dicen también que no se ha demostrado que el contagio se produjera dentro de la cárcel y que bien pudo suceder durante algún permiso penitenciario, cuando los afectados pudieron compartir jeringas con otros drogadictos.

Oposición de funcionarios

Joan Colom, director del programa de drogodependencias y sida de la Generalitat, aseguró ayer que a pesar de esta resolución judicial, el plan de intercambio de jeringas en las prisiones es una iniciativa positiva que tarde o temprano deberá aplicarse. Ya hace cuatro años que la Generalitat le está dando vueltas y hasta ahora no ha podido vencer las reticencias de los funcionarios de prisiones.

Por su parte, Iñaki Rivera, profesor de Derecho penitenciario de la Universidad de Barcelona y uno de los redactores de la querella, aseguró ayer: 'Lo que no se puede es cerrar los ojos a una realidad como es el consumo de droga en las prisiones'. A juicio de Rivera, 'el concepto de salud no consiste sólo en tratar una enfermedad, sino en intentar evitarla, y eso a veces se olvida'.

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