El templo no tiene víveres para soportar un largo encierro
Si el asedio a la basílica de la Natividad de Belén se alarga, no habrá alimentos para que subsistan los refugiados palestinos y los religiosos que permanecen en su interior.
'El convento es grande y cuenta con ciertas reservas, puesto que normalmente alberga a bastante gente, pero desde anoche ha tenido que alimentar a 200 personas más', señaló ayer en conversación telefónica el superior del convento de San Salvador, en Jerusalén, el padre Artemio Vitores, quien pertenece a la misma congregación de la Custodia de Tierra Santa que los franciscanos que han cobijado a los refugiados palestinos.
Ayer habló con ellos por teléfono y pudo comprobar que estaban bien, aunque señaló que se les ha prohibido hacer declaraciones desde el interior de la basílica, para que no se agrave la tensa situación con el Ejército israelí.
La basílica de la Natividad está unida por un claustro medieval a la iglesia de Santa Catalina y al convento de los franciscanos, quienes, junto a otras confesiones cristianas, custodian el templo.
En Santa Catalina permanecían también refugiados cinco periodistas italianos y uno armenio, que quedaron atrapados cuando llegaron los primeros soldados israelíes. Sin embargo, anoche, lograron salir en dos vehículos blindados del consulado italiano en Jerusalén, tras intensas negociaciones diplomáticas para su liberación, informa Efe.
'Espera tensa'
'La situación que viven por ahora los monjes es de una espera tensa, porque todo puede cambiar en cualquier momento. Los frailes han pasado la noche sin dormir y preocupados por la situación. Los soldados israelíes han rodeado la basílica y también los jardines que hay en la parte de atrás y no hay posibilidades de salir ni de entrar', explicaba el padre Vitores.
Este religioso indicó que en el interior del templo sólo había un herido, al que pudieron curar las monjas de la basílica. Sin embargo, la agencia Efe, indicaba anoche que había 11 heridos, dos de ellos graves, y citaba como fuente al gobernador de Belén, Mahmud Al Madani, quien permanece en el interior de la basílica desde el martes por la noche.
Uno de los periodistas italianos liberados, Mar Innaro, de la televisión pública RAI, manifestó tras su salida que dejaban 'un panorama desolador, con 200 milicianos palestinos que se niegan a entregar las armas y a rendirse y una treintena de religiosos y cuatro monjas obligados a vivir en medio de una fuerte tensión'.
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