Una crisis más fuerte que las Malvinas
Argentina apenas conmemora el 20º aniversario de la guerra con el Reino Unido en el peor escenario político y social
Argentina conmemora hoy el vigésimo aniversario de la guerra de las Malvinas en el peor escenario político, económico y social desde la dictadura que llevó al país a la disparatada aventura militar contra una potencia como el Reino Unido, que duró del 2 de abril al 14 de junio de 1982 y costó la vida a 700 soldados argentinos y 255 británicos. La paradoja es que 20 años después, los 2.400 habitantes del archipiélago, los kelpers, tienen una calidad de vida infinitamente superior a los 37 millones de argentinos, que enfrentan una crisis profunda e interminable. La soberanía de las islas, las Falklands para los británicos, sigue tan lejana como el día que los argentinos plantaron la bandera que ondeó apenas dos meses y medio.
Para muchos argentinos la pesadilla de sobrevivir día a día en un país que ofrece menos perspectivas que nunca es incomparable con el triste recuerdo de lo que sucedió con los compatriotas que fueron enviados al frente por un general más amante del trago que de la eficiencia. Leopoldo Fortunato Galtieri vive oculto en su domicilio, sin aparecer en público desde hace años. El 20º aniversario podía haber sido una buena fecha para hacer una pública autocrítica sobre los desastres de aquella contienda desigual. La asignatura sigue pendiente, 'no sólo con los militares, sino con una sociedad que tiene tantas contradicciones que un día sale a hacer un cacerolazo, y al otro día sale a comprar dólares', dice Edgardo Esteban, antiguo combatiente en las Malvinas y actual corresponsal de la cadena de televisión CBS. 'Hace 20 años, salieron a insultar y a pedir cambios a Galtieri para que cambiara el sistema y se fuera, y a los tres días lo estaban aclamando porque había tomado las Malvinas. Es esta cosa constante que vivimos los argentinos que nos está llevando a este derrumbe del país'.
El acto central de las conmemoraciones de 'la recuperación transitoria de la soberanía de nuestras islas Malvinas' tiene lugar hoy en la ciudad de Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, con un Encuentro Nacional de Veteranos de Guerra, presidido por el jefe de Estado, Eduardo Duhalde.
Los veteranos han recordado que 'la gesta contra los colonialistas anglosajones no sólo permitió al pueblo argentino recuperar su orgullo nacional después de 150 años, sino que también abrió el cauce para reintegrarnos a la Patria Grande'. Pero no todos los ex combatientes hacen gala de un patriotismo tan rancio. 'La guerra fue más un trasfondo político para tratar de tapar una crisis similar a la que estamos padeciendo ahora, y se buscó ese camino de la guerra de las Malvinas, cuando quizás, si se hubiese dejado transitar por los caminos naturales hoy la soberanía habría estado mucho más cerca', señala Esteban.
Desde 1986 las autoridades de las islas tienen autonomía para administrar las licencias de pesca, principal fuente de ingresos, lo que ha cambiado la economía del archipiélago. El año pasado los ingresos por los permisos pesqueros alcanzaron los 32 millones de dólares (36 millones de euros). Las condiciones de vida de los kelpers son mejores que nunca. Un presupuesto que cubre todos los gastos (66 millones de dólares), educación gratuita hasta los 16 años, cobertura médica para todos a cargo del Estado y pensión de 1.000 dólares para cada jubilado. Todo ello sin deuda externa y sin desempleo.
Las relaciones entre Argentina y el Reino Unido están presididas por el acuerdo firmado el 14 de julio de 1999, en la recta final del mandato de Carlos Menem, que establece que los argentinos deben presentar el pasaporte para ingresar en las Malvinas, lo que choca frontalmente con la Constitución argentina que ratifica 'la legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur'.
Uno de los capítulos del conflicto que ha estado más en la penumbra se refiere al apoyo que brindó Chile a las tropas británicas. El general Fernando Matthei, ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea chilena y miembro de la Junta Militar entre 1977 y 1989, reveló algunos de los secretos mejor guardados de la ayuda que prestó el general Augusto Pinochet a la primera ministra británica Margaret Thatcher, rompiendo la teórica solidaridad latinoamericana y entre dictadores. En una extensa entrevista que salió a la luz la semana pasada, el lugarteniente de Pinochet dio diversos detalles de la colaboración que facilitó el Ejército de Chile a las fuerzas británicas. A cambio, Londres vendería a bajo precio aviones Hawker Hunter, un radar de larga distancia, misiles antiaéreos, aviones Camberra, y bombarderos. 'A nosotros no nos interesaba que los argentinos les pegaran a los ingleses, porque entonces seríamos los siguientes', dijo.
Negociación con Londres
En vísperas de presidir los actos de conmemoración del 20º aniversario de la guerra de las Malvinas, el presidente argentino, Eduardo Duhalde, ha subrayado que algún día el archipiélago volverá a ser argentino, aunque eso sí, puntualizó, por la vía diplomática. 'La vía violenta no es la que correspondía', precisó. Fuentes de Presidencia indicaron ayer que el discurso que pronunciará Duhalde hoy en la ciudad austral de Ushuaia reivindicará a los caídos en la guerra y las negociaciones con el Reino Unido para la recuperación de las islas 'mediante un proceso de paz y una negociación diplomática'. El mandatario dejará claro que Argentina no renuncia a la soberanía, que reclamará dentro de los límites del derecho internacional. 'El Gobierno de Duhalde necesita demasiado del apoyo del Reino Unido ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) como para volver a las amenazas de Menem de recuperar las islas a sangre y fuego', indicaron las referidas fuentes. La presencia del presidente en el acto de Ushuaia ha sido especialmente bien valorada por los veteranos de guerra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.