La tromba arrojó sobre Tenerife en dos horas el agua que cae en un año
Meteorología considera imposible prever una tormenta como la del domingo en Santa Cruz
La tromba que cayó sobre Santa Cruz de Tenerife el pasado domingo vertió sobre la ciudad en poco más de dos horas casi tanta agua como la que cae normalmente en un año, 224 litros por metro cuadrado. Dirigentes de la isla criticaron la falta de previsión del Instituto Nacional de Meteorología, que anunció la posibilidad de que se registraran 60 litros en 12 horas. Un borrasca de aire frío mezclada con vientos calidos del sureste causó la fatal tormenta.
'¿Cómo es posible que el hombre haya colocado una nave en Marte y no sea posible prever una tormenta?', se preguntó ayer el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo.
El Instituto Nacional de Meteorología (INM) replicó ayer a las críticas que es imposible prever una tormenta como la registrada el domingo en Santa Cruz de Tenerife.
El jefe de previsión de dicho organismo, Ángel Rivera, explicó a EL PAÍS que el pronóstico para el pasado fin de semana predecía fuertes precipitaciones entre Madeira y el archipiélego de las Canarias, de lo que se dio aviso a las autoridades locales.
'Aunque se esperaba que las lluvias no llegasen al norte de las Canarias, nosotros avisamos a las autoridades locales de la posibilidad de que se produjeran fuertes tormentas con precipitaciones superiores a los 60 litros por metro cuadrado en 12 horas. Ese aviso lo repetimos el sábado y el domingo', asegura Rivera.
Sin embargo, el alcalde de Santa Cruz de Tenerife insistió en que el único parte meteorológico que se le remitió el fin de semana advertía de precipitaciones superiores a los 60 litros en 12 horas. Cayeron cuatro veces más y en mucho menos tiempo, poco más de dos horas.
Borrasca de aire frío
Según el meteorólogo, la causa de la tormenta hay que buscarla en la presencia simultánea de una borrasca de aire frío en las capas altas de la atmósfera y de una corriente de aire cálido en la superficie. 'Mientras que a 5.000 metros de altura había una frente frío a unos 20 grados bajo cero, en la superficie soplaba un viento del sureste cálido y procedente del mar. Eso originó la creación de cumulonimbos, que son las nubes que provocan las tormentas.', explica.
'Lo que no se puede pronósticar es la cantidad exacta de agua que caerá ni el lugar exacto. En el caso de Santa Cruz de Tenerife, se trataba de una cuestión de kilómetros, ya que a muy poca distancia las precipitaciones fueron mucho menores', aseguró Rivera.
Para el meteorólogo, la causa de la catástrofe fue que la tormenta permaneció estacionaria durante dos horas sobre la ciudad, cuando estos fenómenos suelen disiparse 'en 15 o 20 minutos'. Rivera desconoce las causas de la permanencia, pero apunta como posible responsable a la orografía del terreno, 'que pudo canalizar el aire'.
En poc más de dos horas, la tormenta descargó sobre Santa Cruz de Tenerife 224 litros de agua por metro cuadrado, mientras que la precipitación media anual que se registra en esa zona es sólo de 10 litros más.
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