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Entrevista:DIEGO CAÑAMERO | Secretario general del Sindicato de Obreros del Campo

'Han dejado tirados a 4.000 inmigrantes con papeles en Huelva'

Alejandro Bolaños

Cañamero volvió hace un año al frente del SOC, que lucha ahora también por los nuevos jornaleros sin techo ni comida de la comarca fresera, de lo que culpa a patronal y Gobierno

Pregunta. Acaba de reunirse con responsables de la Junta para analizar la situación de la comarca fresera de Huelva.

Respuesta. Les hemos dicho que nos preocupa muchísimo que haya 5.000 personas sin trabajo, sin vivienda, sin agua potable y sin comida, lo primero que hay que hacer es arreglar eso. Y luego, habrá que pensar como recolocarlos con una comisión entre sindicatos, ayuntamientos y empresarios. Y a los que no tengan papeles, dárselos.

P. Eso último, sin permisos de trabajo, parece complicado.

R. Pero es que la Administración, sobre todo la subdelegación del Gobierno, ha cometido un error muy grave en este caso. El año pasado hubo en Huelva un contingente de 4.000 personas, casi todas magrebíes, que trabajaron en la fresa y a los que se regularizó. La mayoría de los están en esta situación tienen papeles. Si se sabe perfectamente que se regularizaron estas 4.000 personas que trabajaron aquí, si este año se han cultivado menos hectáreas, ¿qué explicación tiene permitir contratar a tanta gente del este de Europa? O son muy torpes, o realmente lo que quieren es sustituir unos inmigrantes por otros. Y tener las plazas llenas de gente en situación precaria, esperando a que haga falta más mano de obra.

'Que hayan traído a 7.000 europeos no es inocente, los magrebíes defienden sus derechos'
'El señor Torres Hurtado nos amenaza porque 'tocamos' a los terratenientes'

P. Algunas ONG, con apoyo de la Junta, han empezado a repartir alimentos pero, ¿y el resto de problemas?

R. Le hemos planteado que pongan inspectores específicos, coordinados con los delegados sindicales, que pueden detectar y dar soluciones a niños que no tienen escuela, medios sanitarios que hacen falta en los pueblos o incumplimientos de convenios. El de Huelva es el más bajo de toda Andalucía [un jornal de 27 euros]. Pero no se cumple. Y los precios de viviendas y comestibles se disparan. También hemos propuesto la creación de una oficina ambulante de atención al temporero, con abogados, trabajadores sociales, interpretes y sindicalistas.

P. Dijo hace poco que, en la comarca fresera, todas las empresas agrarias incumplen el convenio, ¿fue una exageración?

R. Tenemos contratos en nuestras manos que incumplen el convenio. Pero aunque se respete en el contrato, luego a los trabajadores, les están dando tres y cuatro euros menos al día. Las horas extras están a más de ocho euros y nadie cobra más de seis. Sé de lo que hablo, aparte de los sindicalistas, mi propio hijo está trabajando en la fresa.

P. Pero si hay contratos formalizados en los países de origen, esas prácticas serán fácilmente denunciables ¿no?

R. Quien tiene que denunciar es el trabajador, y el trabajador sabe que si denuncia, lo castigan y ya no va más a trabajar. A pesar de que llevamos 20 años de democracia, hay aún experiencias como la que hemos visto este año en Sevilla: hemos revisado 400 empresas agrarias y en 399 no se cumplía el convenio. Y hemos tenido que hacer 12 huelgas en los tajos para que grandes empresarios pagaran lo que habían firmado.

P. Los inmigrantes que ahora deambulan por la comarca de Huelva, ¿tienen alguna oportunidad de encontrar trabajo?

R. La máxima producción se da a finales de abril; si para entonces estas criaturas no han encontrado trabajo, que se olviden. Pero también digo que a finales de abril, si los empresarios necesitan más trabajadores, entonces contratan, aunque sea sin papeles. Pero creo que este año, tal y como está la cosa, no va a haber trabajo para todos.

P. Los empresarios dicen que no pretendían sustituir a magrebíes, que en Marruecos no les dejaron hacer contratos en origen y por eso recurrieron a trabajadores del este de Europa

R. Pero en la práctica los sustituyeron. Los mismos empresarios han dicho que optan por unas personas porque se adaptan mejor, son menos problemáticos. El hecho es que los magrebíes han adquirido una cierta conciencia social, que empiezan a defender sus derechos... La gente del este de Europa se tira aquí tres meses y se va, no quiere saber de polémicas. Que les hayan traído no es casual, no es inocente, los empresarios sabían que los 4.000 regularizados del año pasado en Huelva, la mayoría magrebíes, iban a estar aquí como un reloj esta campaña. Y les han dejado tirados.

P. ¿Qué piensa de la manifestación del martes en Moguer de unas 200 personas para protestar por el aumento de robos y la invasión de inmigrantes?

R. Puede ser ingenuidad pero también puede ser una actitud xenófoba y fascista. Cuando los inmigrantes que están allí no tienen para comer, que cojan una lechuga de una huerta o abran un frigorífico, es normal. La gente de Moguer tenía que echarse a la calle para exigirle al Gobierno que esa situación se solucione, no para pedir más policía. Los Ayuntamientos en estos casos tienen que oponerse, mediante bandos, asambleas...

P. Al SOC se le ve muy activo en la defensa de los inmigrantes.

R. Cuando surgimos como sindicato en 1975, lo hicimos por una realidad que había en Andalucía: 500.000 jornaleros sin trabajo, sin tierra. Pero en los últimos años, los andaluces se están yendo a otros sectores. Los jornaleros de ahora y los que van a ser a partir de ahora son inmigrantes. Tenemos una fuerte afiliación de inmigrantes. Y eso a algunos les ha cabreado

P. ¿A otros sindicatos?

R. Buscamos es la justicia social no más representación. Los otros sindicatos están un poco cabreados porque ponemos en entredicho su planteamiento en el campo. Pero yo me refería al delegado del Gobierno. El señor Torres Hurtado nos amenaza porque estamos con los inmigrantes y tocamos a los terratenientes. Nos dice que nuestra actitud no es moderna. No parece el representante de un Gobierno democrático, sólo sabe reprimir.

P. En este año al frente del SOC han surgido algunas voces críticas de la anterior dirección...

R. Como en cualquier familia, hay gente que discrepa. Pero el sindicato está perfectamente, hemos afiliado 1.000 personas más y hay siete sedes nuevas. El SOC siempre ha sido una fuente de democracia interna, entre otras cosas porque el secretario general en los estatutos no tiene ningún poder.

P. Esas discrepancias se centran en la forma de dirigir el sindicato y en los cargos liberados.

R. En el último congreso el 90% de la gente optó por esta manera de dirigir el sindicato. Aquí, los sueldos son muy pequeñitos, yo gano 113.000 pesetas al mes. Y en los diez años que estuve en el Ayuntamiento cobré 104.000 pesetas. Pero soy consciente de eso, porque vivo mi profesión y si quiero representar a la gente, tengo que vivir como la gente. Mi mujer es jornalera, mi hijo trabaja ahora en la fresa, yo he estado de temporero 25 años, y quiero vivir eso así, con lealtad y honradez.

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