La bajada de precios de la leche en origen pone en dificultades al sector

Desde enero, los industriales han iniciado una rebaja de los precios de la leche en origen de tres céntimos de euro por kilo (de 0,33 a 0,30 euros). En medios ganaderos se teme que las industrias lleven a cabo una nueva rebaja este mes, lo que llevaría a miles de explotaciones a una situación insostenible. Estos recortes en origen no se han reflejado sin embargo en una bajada de los precios al consumidor.

La rebaja de los precios de la leche de vaca en el campo se produce en un sector donde la cuota asignada por Bruselas y la producción en su conjunto es inferior a las necesidades de la demanda. Ello ha vuelto a despertar las sospechas de fraude en una doble dirección: fiscal, ante la posibilidad de que se esté ocultando en el campo una parte de la producción, y una posible estafa al consumidor ante la venta de subproductos baratos.

España tuvo en 2001 una cuota de producción de 5,8 millones de toneladas para venta a la industria y otras 80.000 toneladas para venta directa. A esas cifras se sumarían otras 335.000 toneladas de leche de cabra y otras 325.000 toneladas de leche de oveja, lo que suma 6,55 millones de toneladas

Frente a esta cifra, la demanda total en España asciende a unos 7,5 millones de toneladas, diferencia que no se cubre con las importaciones del resto de la UE. Este desajuste entre producción y demanda, y sobre todo el hecho de que aún haya exceso de oferta, acrecienta los interrogantes sobre el mercado.

'Leche negra'

Una primera posibilidad es que siga existiendo leche sin control en origen o leche negra. Esa leche la venden los ganaderos a los industriales a menos precio, unas siete pesetas por debajo del mercado, pero se evitan pagar una penalización de 0,36 euros (60 pesetas) por kilo al superar sus cuotas. En medios del sector se baraja un volumen de ese tipo de leche de unas 750.000 toneladas.

Otra posibilidad es que los industriales multipliquen la oferta y hagan el milagro de los panes y los peces elaborando leche líquida con subproductos lácteos como lactosueros o permeatos.

El segundo gran interrogante en el sector de la leche es la calidad de la misma ante la existencia de briks en venta por debajo de los costes de producción (entre 51 y 52 céntimos de euro).

La venta de ese tipo de leche barata, al margen de que la gran distribución pueda hacerlo a pérdidas, tendría diferentes justificaciones, en todos los casos de carácter fraudulento. La leche barata se puede elaborar con materia prima excedentaria que los ganaderos venden a precios bajos para evitar pagar la multa comunitaria. Habría fraude fiscal. Una segunda posibilidad es la compra por las industrias a bajos precios de leche fuera de norma de calidad, sobre todo con antibióticos, lo que reduce el precio en 0,12 euros. Esa leche no se puede comercializar, so pena de cometer fraude sanitario. Finalmente, una tercera posibilidad que explica los precios bajos es el uso de subproductos lácteos para fabricar leche fresca. Una estafa al consumidor.