Un trimestre en blanco

La bolsa cierra el primer trimestre de este año sin una tendencia definida y bajo el síndrome de la crisis argentina, que ha vuelto a sacudir a los grandes valores españoles. Las expectativas de una recuperación económica inminente han favorecido a los valores medianos y equilibran los resultados.

Los mercados de valores concluyen el primer trimestre de este ejercicio en medio de una gran incertidumbre provocada, en el caso español, por el agravamiento de la crisis argentina. El Ibex 35 cierra la semana con un descenso del 1,03%, aunque en el mes de marzo ha ganado el 1,40% y en el conjunto de los tres primeros meses cede el 1,76%.

La trayectoria de la bolsa en las últimas semanas fue relativamente positiva, gracias a las crecientes expectativas de recuperación económica, sobre todo en Estados Unidos. Algunos datos negativos han cuestionado la proximidad y la velocidad de esa recuperación, aunque no su evidencia, pero sólo para Estados Unidos. En Europa hay que conformarse con la esperanza de que la economía siga la senda marcada por Estados Unidos, aunque sea un mes o dos después. Los inversores han pasado en este mes de marzo de algunas valoraciones optimistas a la decepción, de ahí los altibajos que ofrecen los índices y su contribución a incrementar la incertidumbre.

La depreciación del peso argentino en los últimos días, hasta llegar a superar un cambio de cuatro pesos por dólar, ha afectado con fuerza a los grandes valores españoles, que se verán obligados a efectuar nuevas dotaciones para cubrir sus riesgos en aquel país. Algunas estimaciones de los analistas cifran en cerca de 1.000 millones de euros el impacto de esta última depreciación en Telefónica y algo más en Repsol YPF, en el supuesto de que el tipo de cambio se mantenga por encima de los tres pesos por dólar.

La pérdida semanal ha sido del 2,43% para Telefónica y del 5,25% para Repsol YPF, mientras que los dos grandes bancos, el BBVA y SAN, sólo pierden el 1,30% y el 1,34%, respectivamente, al mantenerse las dudas sobre la postura que adoptarán ante esta última vuelta de tuerca en sus problemas externos.

Los problemas de los grandes valores han afectado lo justo a los indicadores del mercado, debido a la mejor situación de los valores medianos, los preferidos de los inversores de cara a una posible recuperación económica. Por el momento priman más las esperanzas que las evidencias, y sólo los índices de confianza muestran signo positivo. El último dato conocido sobre la economía alemana, la producción industrial en enero, ofrecía un avance del 0,4% que supo a poco, ya que las expectativas apuntaban al 0,5%. Para algunos inversores esto no es motivo de preocupación, puesto que lo importante es que la economía crece, aunque no sea al ritmo que desean los más impacientes.