De Barcelona a Boston
La próxima inauguración del teatro La Massa de Vilassar de Dalt, de Rafael Guastavino, coincide en el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña con la exposición Guastavino Co. La reinvención de la bóveda, una exhibición inaugurada en 1996 en la Universidad de Columbia (Nueva York) que tras recorrer diversas ciudades de Estados Unidos ha pasado por Madrid, Valencia y ahora se presenta en Barcelona, donde permanecerá abierta hasta el 30 de abril.
La exposición recorre a través de documentos, fotografías y dibujos, procedentes de la colección Guastavino de la Biblioteca Avery de Arquitectura y Bellas Artes de la Universidad de Columbia, la vida y obra del arquitecto desde el primer edificio, que diseñó en 1866 -antes de tener el título de arquitecto- y que construyó como vivienda propia en 1872 en la esquina de las calles de Aragó y Llúria, en Barcelona -demolido en 1980-. Prosigue con su viaje a Nueva York en 1881 y llega hasta 1962, año en que se cerró la empresa Guastavino Co., que creó en 1889 con su hijo Rafael. La compañía continuó su trabajo y construyó en EE UU un millar de bóvedas, cúpulas y escaleras con el sistema de la bóveda catalana.
Además de diseñar edificios de viviendas en Barcelona, de los que se conservan media docena, la fábrica -construyó siete- Batlló, actual Universidad Industrial de Barcelona (en la calle de Urgell) es la obra más significativa de Guastavino en Cataluña. Allí construyó entre 1869 y 1875 las grandes naves para telares con bóvedas de ladrillo y la chimenea de la fábrica, también de ladrillo, de 60 metros de altura.
Mientras, a finales de febrero de 1881, se inauguraba el teatro La Massa de Vilassar de Dalt, Guastavino cruzaba el Atlántico con 40 dólares en el bolsillo camino de Estados Unidos, donde su Guastavino system (el sistema de bóveda catalana, completamente ignífugo) causó furor en un país asolado por los incendios que destruían las ciudades, cuyas casas eran de madera y hierro. Tras numerosos proyectos pequeños, su gran oportunidad le llegó en 1889, cuando le encargaron el diseño, con su sistema la bóveda tabicada, de la Biblioteca de Boston, considerado uno de los proyectos arquitectónicos más importantes de aquella década.
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