'Hay mucho rockero que desgraciadamente es un talibán'
José Manuel Casañ, único superviviente de la formación original de Seguridad Social, ha estado en Bilbao promocionando Grandes éxitos, gracias por las molestias, que recopila las canciones 'más populares' del grupo valenciano. En 2002, la banda que se convirtió en superventas con Chiquilla cumple 20 años, 'una fecha muy redonda para dejarla perder', y que había que celebrar.
Pregunta. ¿Por qué vuelve a publicar sus viejas canciones, no encuentra inspiración para crear nuevas?
Respuesta. No es eso, en el disco ya hay dos canciones de lo último que estamos haciendo. Tengo un buen puñado, como para dos discos más. Pero es bueno refrescar la memoria, enseñar que hemos sido pioneros en muchos caminos. O, por lo menos, que arriesgamos en su momento. Tenemos canciones que se siguen cantando en los karaokes.
P. ¿A qué obedece su evolución del punk a un sonido más comercial?
R. Sobre todo a que no nos ha gustado repetirnos. Empezamos con el punk porque era lo que conocíamos, pero lo vimos como una ventana abierta a muchas cosas que iban a venir. Fíjate en el punk inglés, en cómo ha evolucionado gente como Police, Jam, Clash, Pistols, Damned, e incluso gente como Bob Marley, que cantaba Punk reggae party. Se abrió totalmente a otras tendencias. El punk no era un estilo de música, era una actitud.
P. O sea, que no ha perdido la fe en el rock.
R. Al contrario. Creía que tenía una complicación tremenda en cuanto a regenerarse, hasta darme cuenta de que si el mismo rock and roll nació de una fusión entre el blues y el country, la única manera de que no se repita es volverlo a fusionar. Hay caminos inexplorados, pero desgraciadamente hay mucho rockero que es un talibán, que se cree que lo suyo es la única verdad.
P. Seguridad Social no vive su momento de mayor popularidad. ¿A qué lo achaca?
R. Hombre, es que son 20 años en el candelero. Incluso los Rolling Stones han tenido años un poco más oscuros. Es cíclico, llega un momento en que, si aguantas, vuelves a recuperar todo. En eso estamos.
P. Tiene fama de ser un poco déspota con sus músicos.
R. No sé si la tengo, pero si es así, me la suda, con perdón. Sí puedo decir que todos mis músicos han cobrado muchísimo más que el resto, han tenido derechos de autor, que les he dado yo porque me ha apetecido, y royalties.
P. En lo musical, ¿cómo ha cambiado España en estos 20 años?
R. La gente ahora sube a un escenario mucho más preparada, hay muchos locales de ensayo, más facilidades, pero los grupos quieren triunfar inmediatamente. Mientras, nosotros estuvimos seis años sin cobrar, sin ver un duro, locos por tocar donde nos dejaran. Esa actitud yo no la veo ahora, ha cambiado y para mal.
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