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Las diferencias de renta entre autonomías han crecido con el PP

Un estudio de la Fundación Encuentro revela un creciente desajuste entre norte y sur

Luis R. Aizpeolea

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Las diferencias económicas entre las comunidades autónomas han aumentado durante los Gobiernos del PP, según se desprende del informe anual de la Fundación Encuentro sobre la situación de España. Los datos de productividad y empleo por habitante, elementos claves para explicar la evolución económica de los territorios, revelan cierta convergencia desde 1980, aunque a fines de los noventa los datos indican un cambio de tendencia, manifestado en el progresivo distanciamiento de las autonomías tradicionalmente con menor nivel de renta respecto a la media.

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Los profesores Luis Ayala y Jesús Ruiz-Huerta estiman en el informe de la Fundación Encuentro, presidida por José María Martín Patino, que las diferencias entre comunidades autónomas aumentaron en la primera mitad de los años ochenta hasta alcanzar un valor máximo en 1985; entre 1985 y 1988 se reducen notablemente y se mantienen sin apenas cambios entre 1988 y 1993. A partir de 1994 vuelve a aumentarse de manera apreciable la disparidad entre comunidades.

En un análisis más preciso, las comunidades de Madrid y Cataluña han tendido a divergir hacia arriba entre 1980 y 2000. Así, el índice del Valor Añadido Bruto (VAB) per cápita -indicador habitualmente utilizado para medir el nivel y la evolución de la riqueza económica de un territorio- de Madrid ha ascendido de un 110,60, en 1980, a 134,11 en 2000, pasando por un 121,71 en 1990. Cataluña también ha evolucionado de un 114,27 en 1980 a un 121,47 en 2000.

Sin embargo, las comunidades autónomas de Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Murcia han tendido a divergir hacia abajo. Así, Andalucía ha disminuido su VAB de un 81,04 en 1980 a un 73,46 en 2000. Asturias ha bajado de un 99,24 a un 88,25. Castilla-La Mancha ha pasado de un 89,82 a un 79,94. Castilla y León ha disminuido de un 100,38 a un 93,49. Galicia ha bajado de un 85,55 a un 80,73 y Murcia ha pasado de un 99,10 a un 82,09.

Por el contrario, Rioja y Canarias, con una evolución opuesta, son las comunidades autónomas que más claramente tienden a converger con la media nacional. Así, La Rioja ha pasado de un 136,39 en 1980, a un 110,88, en 2000. Y Canarias, de un 77,92 a un 95,74.

El resto de las comunidades autónomas muestran variaciones pequeñas, lo que implica que apenas se modifica su posición, muy diversa respecto a los valores medios. Por ejemplo, País Vasco ha pasado de un 122,25, en 1980, a un 122,40 en 2000. Extremadura, de un 64,31 a un 64,63. O Baleares, de un 120,45 a un 118,53.

En términos generales, se aprecia cómo las comunidades autónomas que en 1980 presentaban los niveles más bajos de VAB per cápita respecto a la media nacional, con la excepción de Canarias, no sólo no han mejorado su posición, sino que ha empeorado claramente.

En consecuencia, concluye la Fundación Encuentro, se configura un mapa de la actividad económica crecientemente concentrado en unas pocas zonas -el Noreste mediterráneo, el valle del Ebro, Madrid, los dos archipiélagos, País Vasco y Navarra-, mientras que el cuadrante noroccidental, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía parecen inmersas en un progresivo estancamiento. 'Puede afirmarse que las autonomías tradicionalmente más ricas han visto consolidada su posición relativa mientras que muchas de las desfavorecidas han acentuado sus perfiles represivos', sentencia el informe.

Ante esta situación, el informe defiende la necesidad de incentivar los mecanismos de armonización e integración del Estado para que, sin limitar la autonomía lograda por las comunidades, se logren corregir las principales disfunciones de los servicios públicos.

Las causas de estas disfunciones están, según el informe, en que la mayor 'densidad empresarial' se registra en las comunidades que han contado tradicionalmente con niveles de riqueza más elevados. 'Del mismo modo, las inversiones en tecnología están muy concentradas en cuatro comunidades, lo que mostraría la polarización de la actividad económica más dinámica en las áreas con mayores niveles de renta'.

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