En los humedales andaluces sólo hay 70 parejas de focha moruna
Científicos de la Estación Biológica de Doñana y ornitólogos coincidieron ayer en solicitar a la Consejería de Medio Ambiente la prohibición de la caza de la focha común por su similitud con la focha moruna o cornuda, una especie amenazada que ha sido elegida por la Sociedad Española de Ornitología (SEO) como ave del año. Ésta es una de las medidas propuestas ayer Francisco Romero, delegado de la SEO en Andalucía, para contribuir a mejorar la situación de la especie, de la sólo sobreviven en la Comunidad Autónoma 150 ejemplares.
La mayoría de las parejas están en las marismas del Guadalquivir (42-45), otra quincena en las lagunas de Espera y las restantes en las de Medina. A pesar del saldo escuálido, representa un avance notable respecto a la situación de los últimos años gracias a los programas de reintroducción y a las condiciones hidrológicas que han favorecido la cría en los humedales andaluces.
La Junta de Andalucía ha redactado un plan de recuperación de la especie, que todavía no ha sido aprobado, con el objetivo de asegurar su recuperación en hábitats naturales para que pueda dejar de considerarse gravemente amenazada. Una de las medidas del plan de acción para los próximos tres años es el refuerzo de las poblaciones salvajes mediante la cría en cautividad.
Especies en peligro
La focha moruna, considerada una de las aves acuáticas más amenazadas, se distribuye geográficamente en dos zonas aisladas entre sí. La del Este y Sur de África cuenta con una población notable (alrededor de 30.000 individuos, según la SEO), mientras que la del área mediterránea (Sur de España y Norte de Marruecos) no supera el millar de parejas reproductoras. En España está al borde de la extinción desde mediados del XX y figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, así como en directivas comunitarias e inventarios andaluces de especies en peligro.
Las mayores amenazas para la focha moruna son la pérdida de hábitat por la desecación o degradación de humedales, la presión cinegética debido a la similitud con su pariente más cercano (la focha común) y la mortandad de pollos que reduce la reproducción de la especie. Los ornitólogos pidieron ayer la restauración del hábitat tradicional en los humedales de Cádiz, Sevilla y Málaga.
El contingente de parejas reproductoras en España en 2001 ronda las 70, que incluyen tanto las silvestres como las liberadas. Esta cifra, según destaca la SEO, es la más elevada de las últimas cuatro décadas, aunque puntualizan que 'habrá que esperar a temporadas posteriores para poder valorar el éxito de estas reintroducciones y su impacto en la población ibérica de focha moruna'. Para este año está prevista la suelta de parejas, además de en las marismas del Guadalquivir, en lagunas de Huelva, Córdoba y Jaén.
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