París y Berlín sellan una alianza sobre la energía

Alemania 'comprende perfectamente' las reservas de Francia a la liberalización completa del mercado europeo de la electricidad, según manifestó ayer en París el ministro alemán de Economía, Hans Eichel, tras reunirse con su homólogo francés, Laurent Fabius. Todo parece indicar que Francia no vetará un compromiso, siempre que se acepte su concepto de apertura 'progresiva y controlada' del mercado profesional e industrial -que no comprendería a las industrias más pequeñas- y se mantenga cerrado el de usuarios particulares.

El ministro alemán se cuidó de matizar sus posiciones. Dijo que su país está 'a favor de la liberalización completa de los mercados' de la energía en Europa 'a largo plazo'. 'Pero comprendemos perfectamente que cada país se encuentra en una situación diferente', matizó, antes de asegurar que 'no habrá conflicto o enfrentamiento entre Francia y Alemania'.

Berlín confía en el apoyo de los franceses para evitar la reducción de las subvenciones a su industria minera, a cambio de sostener a París en el problema de la liberalización energética.

Fabius descartó un fracaso en Barcelona sobre este punto, afirmando que todos los países europeos están de acuerdo en la necesidad de un compromiso. Fabius es uno de los ministros más favorables a una apertura del mercado de la energía a la competencia, y en este punto cuenta con el aval del primer ministro, Lionel Jospin, si bien todos están de acuerdo en resaltar la imposibilidad de aceptar una 'liberalización brutal', que pueda provocar un encarecimiento de los precios o una escasez de suministro eléctrico, y más en medio de una campaña electoral. Prácticamente en los mismos términos se manifestó la portavoz del presidente, Jacques Chirac, en un acto informativo celebrado ayer por separado.

Francia, que observa como se la señala ya con el dedo como responsable de un eventual fracaso de la cumbre de Barcelona, se ha esforzado en hacer llegar su mensaje a la opinión europea. El embajador francés en Madrid, Alfred Siefer-Gaillardin, convocó ayer a la prensa para aclarar la postura de su país en una cuestión de la que la presidencia española ha hecho una de sus principales banderas.

75% de energía nuclear

'No se trata de un debate sobre la creación de un mercado europeo de la energía único; de eso ya estamos todos convencidos', precisó el diplomático francés antes de explicar el modelo de su país. En resumen, Francia decidió apostar por la energía nuclear para garantizarse la autonomía del suministro tras las crisis del petróleo de los años setenta y ochenta, de manera que en la actualidad el 75% de la energía eléctrica que produce es de origen atómico.

'El público francés no tiene confianza en la capacidad del sector privado para mantener unos niveles de seguridad en las centrales nucleares que sólo el Estado puede garantizar', afirmó Siefer-Gaillardin. 'Además, los franceses pagan una de las energías más baratas de Europa. ¿Qué ventajas pueden ver en la liberalización?'.

Francia no parece inclinada a importar lo que el embajador en Madrid denominó 'el modelo de California', en alusión al sistema de redes de empresas eléctricas privatizadas que generaron graves apagones, originados en principio por una falta de inversiones ligada al aumento del consumo. También hubo una mención del diplomático francés hacia la amenaza de que se repitan quiebras como el del gigante de la energía Enron, que definió 'como el fracaso más importante de la historia del capitalismo moderno'.

'Todos tenemos que empezar por barrer antes en nuestra propia casa', concluyó Siefer-Gaillardin, quien -sin hablar abiertamente de la paja en el ojo ajeno- recordó que las eléctricas españolas han concentrado casi todas sus inversiones en América Latina.