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Un fallo evita la explosión de una bomba colocada por ETA en la Bolsa de Bilbao

La falta de medidas de seguridad en el edificio facilitó la colocación del artefacto, que no estalló

Tras haber perpetrado dos atentados en menos de tres semanas, el comando Vizcaya de ETA sumó ayer a su ofensiva la colocación de una bomba con 21 kilos de explosivo en los lavabos de la Bolsa de Bilbao, junto a un depósito de combustible. El artefacto, colocado en un céntrico edificio que carece de medidas de seguridad antiterroristas, no llegó a estallar porque falló el sistema para activar la carga. Los terroristas programaron el artefacto para que explotase a las 11.00. Media hora antes, una llamada anónima informó al diario Gara y a la DYA (Detente y Ayuda) de la colocación del artefacto. El edificio de la Bolsa y otros próximos fueron desalojados. El tráfico, incluido el ferroviario, quedó interrumpido más de dos horas.

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El artefacto fue descubierto con la ayuda de un perro de los equipos de desactivación de explosivos de la Ertzaintza. La bomba había sido colocada -presumiblemente por uno de los taldes (grupos) del comando Vizcaya de ETA- en los lavabos de la Bolsa de Bilbao, en la entreplanta del edificio, junto a un gran depósito de fuel-oil. Los integrantes de ese comando ya han utilizado la cloratita en otros atentados contra intereses empresariales en Vizcaya, según recordó ayer la Consejería de Interior del Gobierno vasco.

En esta ocasión, los terroristas prepararon la bomba con 21 kilos de cloratita reforzada con dinamita Titadyne y la colocaron en pleno centro comercial y financiero de la capital vizcaína. Cuando fue detectada, los artificieros aconsejaron que se ampliara el cordón policial de seguridad. La Ertzaintza ordenó al mediodía el desalojo de las sucursales cercanas de la BBK y del Banco Urquijo, una sede de la Cruz Roja, un centro de formación cercano y la estación central de ferrocarriles (Feve y Renfe), que conecta con el metro bilbaíno. El tráfico ferroviario quedó interrumpido varias horas. Algunas entradas al metro fueron cerradas y quedó cortada al tráfico una zona neurálgica, la Plaza Circular, cerca de la emblemática sede del BBV y de unos grandes almacenes.

Llamada a 'Gara' y DYA

El aviso del comunicante que llamó en nombre de ETA sobre las 10.30 al diario Gara y a DYA (centro de ayuda en carretera) permitió desalojar el edificio de la Bolsa, donde trabajan a diario unas 40 personas y en cuyos accesos no hay ningún tipo de medida de seguridad -ni guardas ni cámaras de vigilancia-, salvo la presencia de un bedel, según reconocieron fuentes de la propia Bolsa. Pese al intento de atentado, el grueso de las operaciones de cotización se realizaron sin problemas, ya que es 'mínima' la contratación realizada a viva voz.

Varias dotaciones policiales, del servicio de bomberos y ambulancia se desplazaron hasta las inmediaciones de la Bolsa, si bien no fue necesaria su intervención. Según relataron varios testigos que habían desalojado la sede bursátil, minutos antes de la llamada de teléfono que alertó de la colocación de la bomba habían paseado por la Bolsa varios escolares, dentro de las habituales visitas programadas para que los estudiantes conozcan el funcionamiento del mercado de valores.

A muchas de las personas que se encontraban a esas horas en las inmediaciones del edificio, situado en el número 1 de la calle José María Olabarri, el cordón policial desplegado les recordó las imágenes de gente corriendo, presa del miedo, el pasado 12 de enero, cuando ETA colocó un coche bomba con 20 kilos de dinamita Titadyne el primer fin de semana de las rebajas posteriores a Navidad. Los terroristas situaron ayer la bomba a escasos 200 metros de donde dejaron abandonado aquél vehículo, que estalló y provocó escenas de pánico, además de grandes desperfectos materiales.

'¿Pero hay bomba o no hay bomba', preguntaban a los periodistas situados tras el cordón policial dos jóvenes que habían tenido que abandonar la hamburguesería donde trabajan. Para entonces, los expertos de explosivos de la Policía vasca trataban de desactivar una bomba compuesta por 21 kilos de explosivo con un temporizador que había situado el momento de la deflagración a las 11.00.

La Ertzaintza investigaba ayer cuál fue el fallo de la bomba: si el error se había producido en el temporizador o si, por el contrario, el problema era del detonador previsto para activar la carga mortífera. Los terroristas, además, habían puesto la bomba junto a un depósito de fuel-oil, con lo que los efectos de la deflagración habrían sido 'imprevisibles', según señaló el alcalde de Bilbao, el peneuvista Iñaki Azkuna.

'Una barbaridad'

El alcalde de la capital vizcaína mantuvo una breve conversación con los responsables policiales que estaban a cargo de la desactivación cuando la carga ya había sido neutralizada, a primera hora dela tarde, y estaba guardada dentro de una de las furgonetas situada frente al edificio. En ese momento, abandonó también el lugar una furgoneta de la Guardia Civil que también había acudido. Azkuna, que estuvo acompañado por el portavoz del PP en el consistorio bilbaíno, Antonio Basagoiti, calificó de manera irónica a los terroristas de 'simpáticos canallas' y corroboró que la explosión de la carga 'hubiese sido una barbaridad más' de ETA.

Los artificieros de la Ertzaintza, que neutralizaron la bomba con una explosión controlada, investigaban cuál fue el fallo en el sistema de activación de la carga. Mientras tanto, los miembros de la Policía científica de la Ertzaintza recogían cualquier tipo de huellas o pistas que pudieran ayudar a la desarticulación del comando. La Policía levantó el cordón policial sobre la 13.25, pero el presidente de la Bolsa, José Luis Markaida; su director general, José Luis Damborenea, y los trabajadores no pudieron acceder al edificio hasta las 14.15.

Los <i>ertzainas</i> retiran las bolsas que contienen el explosivo.
Los ertzainas retiran las bolsas que contienen el explosivo.TXETXU BERRUEZO

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