Agradecimiento a Norman Birnbaum

Quisiera hacer llegar mi agradecimiento, por medio de estas líneas, al catedrático emérito de la Universidad de Georgetown, Norman Birnbaum, por devolverme mi perdida fe en el ser humano, por motivos tan obvios que no hace falta enumerar.

En cuando a los judíos, he de decir que los tuve mucho tiempo en mi corazón por los terribles sufrimientos que la locura fanática del fascismo les infligió.

Pero al ver cómo están tratando ellos a los palestinos pensé que se habían vuelto locos, proyectando sobre otro pueblo su rencor, ocupando el lugar de los verdugos y queriendo, al mismo tiempo, hacernos creer que actúan con justicia y que la razón está de su lado.

Al leer la carta del profesor Birnbaum compruebo que no todos los judíos son Sharon y que en EE UU hay muchos de ellos dispuestos a defender el derecho de los palestinos a su lugar en el mundo, del mismo modo que todos respetamos que se creara el Estado de Israel.

Me complace saber que todavía quedan estadounidenses progresistas, sean judíos o no.

Y me complacería mucho más que los progresistas europeos pusieran en práctica cuanto antes las iniciativas que tan sabiamente propone el emérito profesor.

Solución ya al terrible conflicto de Oriente Próximo. Por favor, no más luchas étnicas ni religiosas. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.