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Bush busca apoyos en Asia contra el 'eje del mal'

Además de Japón, el presidente de EE UU visitará también China y Corea del Sur en su primera gira desde el 11-S

El viaje tuvo que ser pospuesto por los atentados del 11 de septiembre, que también han cambiado la agenda: estaba planificada como una visita a Asia de interés fundamentalmente comercial, pero se ha convertido ahora en una gira en busca de apoyos y entendimiento. El presidente de EE UU, George W. Bush, inicia hoy los contactos en Japón antes de saltar a Corea del Sur y, en la etapa final y más trascendental, a China. En una escala del viaje, Bush defendió su polémica definición del 'eje del mal' (Irán, Irak y Corea del Norte), a pesar de que Japón no comparte esa simplificación.

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El ministro japonés de Defensa, Gen Nakatani, no ocultó las reservas de su país ante las nuevas distinciones entre buenos y malos formuladas por Bush. Japón ha apoyado con buques de guerra la operación militar de EE UU en Afganistán, pero sólo aceptaría una campaña contra Irak si hay vínculos demostrados entre el Gobierno de Saldan Husein y los estrategas del 11 de septiembre.

Según Nakatani, antes de atacar Irak 'hay que demostrar la relación con el terrorismo de septiembre. Necesitaríamos una explicación de las acciones de EE UU. Sólo decidiríamos después de recibir una explicación detallada de los vínculos', aseguró el ministro.

El caso de Corea del Norte no entraña tantos recelos por parte de Tokio. La prueba de un misil balístico norcoreano en el mar de Japón en 1998 reveló las amennazas a la seguridad del archipiélago y recientemente Japón hundió un barco espía de Pyongyang.

En una escala en Alaska durante el vuelo de 14 horas entre Washington y Tokio, Bush insistió en su clasificación y arengó a un grupo de militares estadounidenses con afirmaciones que recibían gritos enfervorizados de '¡USA! USA!'. Bush aseguró que 'no pestañeará' en su respuesta contra el terrorismo, insistió en que los países deben decidir 'si están con nosotros o contra nosotros' y repitió que no descansará 'hasta que hayamos acabado con el terrorismo'.

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De los tres países que componen su gira asiática, la visita a Japón es la menos engorrosa: no hay problemas de estabilidad militar, como en Corea del Sur, ni los intereses comerciales entran en conflicto con cuestiones políticas, como ocurrirá en China.

Reformas

Los contactos con el primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, sirven para apoyar y presionar al mismo tiempo. Con su presencia en Tokio, Bush refuerza la política económica de Koizumi, aunque pedirá reformas profundas y rápidas para afrontar la crisis en la segunda economía mundial, sumamente deteriorada en los últimos años y que puede prolongar las dificultades económicas estadounidenses.

Esta noche, Bush tratará de levantar la imagen del primer ministro japonés con una muestra de cordialidad inédita en él: la pareja de mandatarios cenará a solas -con sus cónyuges- en un restaurante de la ciudad.

La llegada de Bush a Tokio fue problemática para la policía local. Había una manifestación de grupos progresistas con cascos y máscaras de gas que protestaban contra la política agresiva del presidente estadounidense contra Irán, Irak y Corea del Norte. Varios manifestantes llevaban pancartas en las que se leía 'Bush, terrorista'. Cerca de la Embajada de EE UU, otra manifestación de grupos políticos de la derecha equilibraba el panorama con pancartas de 'Bienvenido, Bush'. Varias asociaciones de defensa del medio ambiente también trataron de entregar una carta a la embajada con críticas al rechazo de Bush a los acuerdos de Kioto.

ASSOCIATED PRESS

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