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GIRA ASIÁTICA

El primer ministro japonés logra el voto de confianza de Bush a sus reformas

El presidente de EE UU baraja "todas las opciones" con respecto a Irán, Irak y Corea del Norte pero espera una salida pacífica

El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, ha conseguido hoy que el presidente estadounidense, George W. Bush, apoyara su programa de reformas estructurales lanzado hace dos meses y con el que pretende atajar la grave crisis económica que padece el país desde hace una década. Bush, que ha comenzado en Japón su ofensiva diplomática contra el llamamdo eje del mal, también ha charlado con el gobernante japonés sobre la cooperación entre ambos países contra el terrorismo.

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Claves:: El 'eje del mal'
Tema:: La primera gran crisis del siglo
Perfil:: Bush, un presidente por los pelos

"He sentido en su mirada la seguridad de que [Koizumi] continúa con su valiente agenda", ha indicado Bush, que se encuentra de visita oficial en Japón, la primera escala de una gira asiática de seis días que inició el sábado y que le llevará también a Corea del Sur y China.

Para no dejar dudas entre los cada vez más numerosos críticos a la labor de Koizumi, Bush no sólo ha aprobado sus reformas sino que también ha alabado su capacidad de liderazgo para poner en práctica las medidas que los expertos consideran necesarias para revivir la moribunda economía.

El interés de EE UU

Al llamarle "el gran reformista", Bush ha indicado que no había venido a darle consejos, sino a prestarle su apoyo. De paso, ha mostrado su confianza en la habilidad, la estrategia y la determinación que muestra Koizumi para llevarlas a cabo, en la creencia de que sus efectos se multiplicarán por el mundo.

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"Es importante también que la segunda economía mundial crezca en beneficio de la región asiática y del mundo", ha enfatizado junto a un Koizumi que escuchaba las palabras con satisfacción. Entre las razones de Washington para infundir ánimos a Koizumi se encuentran los temores a que la debilidad japonesa extienda por Asia y dificulte la recuperación económica estadounidense.

Por su parte, el gobernante japonés ha asegurado por enésima vez que no habrá ningún retraso en las reformas estructurales, pese a las presiones de los empresarios, de la oposición y de su propio partido para suspenderlas por considerarlas causantes de problemas como el alza del desempleo hasta el récord histórico del 5,6%.

"Hace diez años teníamos un exceso de confianza", ha indicado Koizumi en referencia al viaje del padre de Bush a Tokio por aquel entonces. "Ahora la hemos perdido. Pero es seguro que no habrá un revivir económico de Japón sin las reformas", ha señalado.

Los elogios animan al Nikkei

Desde que Koizumi llegó al poder en abril del año pasado cargado de promesas, los apuros económicos de Japón no han parado de crecer. Mientras se multiplican las bancarrotas, las empresas se reorganizan para ahorrar y recurren a jubilaciones anticipadas y a despidos, olvidando la práctica tradicional del empleo de por vida vigente hasta hace pocos años.

Los elogios de Bush al plan han provocado un ascenso de la bolsa de Tokio, que ha terminado la sesión con un alza moderada. El índice selectivo Nikkei, que reúne los 225 principales valores, ganó 45,15 puntos (un 0,4%) y cerró en 10.093,25 puntos.

Por otra parte, en la misma comparecencia ante los medios, Bush ha declarado que espera resolver "pacíficamente" las diferencias que mantiene con Irak, Irán y Corea del Norte, aunque ha añadido que "todas las opciones" siguen aún sobre la mesa.

Devaluación no significa deflación

Bush ha provocado el pánico momentáneo en el mercado de Tokio al confundir dos palabras durante la rueda de prensa con el primer ministro japonés. En un nuevo desliz verbal, Bush ha asegurado que había hablado con él de "devaluación", en lugar de "deflación".

Su comentario ha causado el pánico en los mercados de cambio, que interpretaron inmediatamente las declaraciones como la voluntad de Washington de dejar flotar el yen frente al dólar.

"El dólar/yen partió en alza inmediatamente después de que se supo que había hablado de devaluación, lo que causó un cierto pánico y la gente se lanzó a vender los yenes", explica un cambista de Barclays Capital. "Pero al momento la gente se ha dado cuenta de que, sin duda, quería decir deflación", ha señalado el cambista.

La Casa Blanca, sin admitir que el presidente había cometido un error, se ha apresurado a deshacer el malentendido en un comunicado en el que ha subrayado que Bush y Koizumi habían discutido el problema de la deflación. Inmediatamente después, el dólar ha bajado de nuevo frente al yen.

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