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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Poderío en diésel

Muy rápido, pero también equilibrado y progresivo. El Ibiza TDi de 130 CV es el utilitario turbodiésel más veloz del mercado, la referencia mecánica en su categoría. Tiene unas prestaciones espectaculares, aunque su deportividad queda camuflada tras una imagen externa discreta. Y apenas se aprecia por dentro en el volante, una instrumentación más completa de lo normal y unos asientos envolventes.

Turbodiésel con trapío

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Ambiciones autolimitadas

Pero el verdadero carácter de este coche aparece en cuanto se conduce, especialmente en la versión de 130 CV. La combinación entre el motor TDi, que se estrenó en el Audi A3 hace algo más de un año, un peso liviano y un cambio de seis marchas aporta unas prestaciones sorprendentes con las ventajas económicas de los diésel. Es un auténtico GTi de gasóleo y corre casi como un superdeportivo. Sólo hay que acelerar con decisión para ir pasando las marchas en un suspiro: mientras la espalda se pega al asiento, el velocímetro sube con rapidez sin que aparente el menor esfuerzo, incluso en subidas pronunciadas.

Sorprende su potencia, pero impresiona más la progresividad con que la transmite, algo muy meritorio en un coche pequeño. Y también su fuerza en todos los regímenes, aunque el verdadero poderío se aprecia mejor a partir de 1.500 vueltas y va aumentando hasta las 5.000. Además, el cambio de seis marchas está bien escalonado para sacarle todo el partido: las cinco primeras están bastante juntas para aumentar el brío, y la sexta es más larga para llanear con desahogo y gastar menos. El resultado son unos consumos mínimos: apenas cinco litros a ritmos legales y menos de ocho en ciudad o conducción rápida.

Ágil y deportivo

El Ibiza se apoya en un chasis muy elaborado y unas suspensiones deportivas para digerir su impresionante fuerza sin sacrificar demasiado el confort.

Aparte de ser un coche sólido y bien aislado por dentro, da sensación de aplomo y responde con agilidad y nobleza: obedece con precisión al volante, balancea poco en las curvas y tiene un comportamiento eficaz en todos los trazados. Así, es consistente en zonas rápidas y muy manejable en las más viradas. Además, tiene unos buenos frenos que incluyen de serie un ABS de última generación. Se puede añadir el ESP o control de estabilidad (511 euros), una opción muy recomendable para disfrutar su poderío con seguridad.

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