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Crítica:SEAT IBIZA 1.9 TDI SPORT 3 P | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ambiciones autolimitadas

Amplio, moderno y equilibrado, aunque no tan atractivo como se esperaba. El nuevo Ibiza reúne virtudes para situarse entre los utilitarios más avanzados: amplitud, motores y comportamiento dinámico. Pero no destaca ni por fuera ni por dentro.

El fichaje de Walter de Silva (diseñador de los Alfa 147 y 156) para pilotar el cambio de Seat hacia una imagen más deportiva había creado unas expectativas que no ha confirmado este Ibiza. La tercera generación del utilitario español (2,7 millones vendidos desde 1984) tiene una línea atractiva y moderna, pero no emociona. Y le falta la originalidad y elegancia de las últimas obras del genio italiano. Además, es algo más caro que muchos rivales y tiene un equipo de serie justo, sobre todo en seguridad. Estas limitaciones son excesivas para que se convierta en la nueva referencia, pero no impiden que sea uno los coches más logrados en su tamaño.

Más información
Poderío en diésel

Deportividad oculta

El Ibiza comparte la base del Polo y el Fabia, mide 3,95 metros y es uno de los utilitarios más grandes. Ha crecido casi ocho centímetros en longitud, seis en anchura y dos más en altura. Pesa 50 kilos más, pero tiene más presencia.

El frontal en cuña lleva el escudo de Seat destacado, faros dobles carenados y unos nervios marcados en el capó que refuerzan su carácter. El lateral es anodino, pero tiene una zaga más elegante, con unos pilotos muy vistosos. Y aunque el conjunto no destaca por su atractivo y deportividad, aporta una carrocería más rígida (aceros especiales y soldadura láser) y una aerodinámica mejor (CX: 0,31).

El interior también combina virtudes y carencias. El aumento de longitud le permite seguir siendo uno de los utilitarios más amplios, con unas plazas delanteras desahogadas y unas traseras con casi seis centímetros más de espacio para las piernas. Y tiene un maletero más grande (267 litros) que potencia su funcionalidad.

Sin embargo, aunque el diseño es moderno (instrumentación, mandos orientados al conductor, etcétera), tiene un aspecto apagado y no refleja la deportividad ni el espíritu mediterráneo que en teoría van a definir a Seat. El salpicadero, de formas suaves y cuidadas, incluye una consola central muy simple. Y aunque utiliza buenos materiales, los tonos oscuros de los plásticos y tapicerías no tienen la vistosidad del Ibiza anterior.

Tampoco destaca el sentido práctico, porque no tiene muchos huecos para objetos. Al contrario que su primo el Polo, apenas hay un posavasos retráctil en la consola, un cajón bajo el asiento del copiloto, una guantera muy justa, y las bolsas y bandejas de los respaldos y las puertas.

Pero el Seat está en cabeza por su mecánica, con unos motores a la última, nuevas suspensiones muy eficaces, y una insonorización y solidez que permiten viajar con la sensación de aplomo y seguridad de coches más grandes.

Los mejores turbodiésel

El utilitario español cuenta con tres motores de gasolina y tres diésel de inyección directa (ver cuadros), entre los que destaca el 1.9 TDi de 130 CV de los Audi A3 y Golf. Hay versiones de 3 y 5 puertas (421 euros más) y tres acabados. El Stella (básico) incluye doble airbag, radiocasete, elevalunas eléctricos, dirección asistida y volante regulable en altura y distancia. El Sport añade ABS, ordenador de viaje, asientos deportivos y más detalles. Y el Signa viene con climatizador, airbags laterales, radio CD... Los precios, en general, son algo más altos que los de otros rivales similares, y el equipo de serie no es mejor. En cambio, las opciones son asequibles.

Conclusión

El Ibiza es un utilitario muy completo que destaca por su calidad mecánica: motores, comportamiento dinámico y prestaciones. Además, es amplio y da sensación de solidez, aunque le falta un diseño más alegre y original por fuera y por dentro. Y un equipo de serie más completo en seguridad.

El nuevo Ibiza no aporta una imagen especialmente deportiva. Sólo destacan los trazos marcados del capó, que reafirman su carácter, y las grandes llantas de 16 pulgadas. Pero la vista lateral es impersonal.
El nuevo Ibiza no aporta una imagen especialmente deportiva. Sólo destacan los trazos marcados del capó, que reafirman su carácter, y las grandes llantas de 16 pulgadas. Pero la vista lateral es impersonal.CÉSAR LUCAS ABREU

AL DETALLE

- EL TURBODIÉSEL MÁS POTENTE Ningún utilitario tiene un turbodiésel tan potente como el Ibiza. Sólo se acercan el Polo y el Skoda Fabia TDi de 100 CV, y en un escalón más bajo, el Peugeot 206 HDi de 90 CV. El Seat aporta unas prestaciones fulgurantes a precios competitivos, al menos en la versión de 130 CV: cuesta 250 euros menos que el Polo TDi (100 CV), que incluye aire y airbags laterales, pero no el ABS.En la práctica es unos 1.500 euros más caro que el 206, que viene sin ABS y tiene 40 CV menos. Este Ibiza es una alternativa asequible a los Golf y Audi 3 equivalentes: tiene menos equipo de serie, pero es casi 7.000 euros más barato que el primero. - MÁS ALEMÁN QUE LATINO El interior del Ibiza es moderno, pero parece más alemán que latino. El salpicadero utiliza tres tipos de plásticos diferentes: más claro en la zona de la instrumentación, casi negro, mullido y rugoso en la parte superior (retiene el polvo), y liso en la zona baja. Pero todos son grises y apagados, como las tapicerías, y no hay ningún toque de color más caliente y alegre. Lo mejor es la amplitud, tanto delante como en las plazas de atrás, que tienen un acceso correcto y suficiente espacio para las piernas. Pero se echan de menos más huecos para objetos: apenas hay un cajón bajo el asiento del copiloto y la zona del freno de mano está desaprovechada. En cambio, cuenta con un buen maletero. La zaga incluye unos pilotos muy modernos y deportivos que recuerdan a los Alfa 147 y 156, pero sobre todo es la parte más atractiva y mejor resuelta.

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