Bush elimina los programas de educación digital para la población más desfavorecida
El presidente de EE UU cree que las ayudas de Clinton para reducir la brecha digital han alcanzado ya sus objetivos. Aprobada la ley de ciberseguridad para proteger las infraestructuras de Internet ante un ataque terrorista
Bush ha cambiado la 'brecha digital' por el 'eje del mal'. Ha dicho que los pobres de EE UU ya tienen acceso a Internet, pero que a los militares les faltan armas para atacar el 'eje del mal', los países que cobijan o fomentan el terrorismo, según él: Corea del Sur, Indonesia, Irán, Irak, entre otros.
Desde los tiempos de Reagan, el Pentágono no tenía tanto dinero para balas, aunque en este caso, en vista del éxito en Afganistán, son inteligentes. Pero el aumento del gasto de Defensa (un 14%) ha ido acompañado en los presupuestos de la eliminación de programas instaurados por su antecesor, Bill Clinton, para que las clases más desfavorecidas del país tuvieran acceso a las nuevas tecnologías.
Bush considera que ya no hay brecha digital en su país; que un negro tiene las mismas oportunidades que un blanco para acceder a Internet. En el año 2001 Clinton dio 47 millones de euros a 74 organizaciones sin fines de lucro dedicadas a enseñar las nuevas tecnologías en barrios pobres. Ya en el primer año de Bush, la cifra se quedó en 13; para el presupuesto de 2003 su pretensión es eliminar el programa de ayudas.
Previamente a esta propuesta, el Gobierno ha sembrado el camino con unas estadísticas (¡Del Ministerio de Defensa!) en las que se demuestra que el uso de Internet se había incrementado un 30% entre la población negra, un 26% entre hispanos, un 29% entre madres solteras con hijos a su cargo y un 25% entre los hogares con menos ingresos. En resumen, todas ellas poblaciones desfavorecidas.
El informe de la Administración Bush, que no menciona en ningún momento el concepto brecha digital, se titula Una nación en red: cómo se está difundiendo el uso de Internet entre los norteamericanos. Un título que contrasta con el de la presidencia de Bill Clinton: Cuando la red no abarca a todos: hacia la inclusión digital.
El recorte de subvenciones también pasará por el Ministerio de Educación. Bush eliminará 35 millones de euros que antes iban destinados a centros comunitarios de tecnología.
Estos recortes en programas digitales chocan con la inversión en programas de investigación y desarrollo del Pentágono y en la compra urgente de aviones no tripulados.
'Hemos conseguido unir la guerra del siglo XIX con la del siglo XXI'. Con esta frase el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, aludía a que en Afganistán sus soldados iban montados a caballo mientras daban a los aviones las coordenadas para lanzar los misiles inteligentes.
El éxito de las nuevas tecnologías, tanto por parte del Ejército norteamericano en Afganistán, como de los terroristas en las Torres Gemelas, ha tenido un rápido reflejo en el presupuesto de EEUU para el próximo año: 1.487 millones de euros para misiles inteligentes, 1.144 millones para aviones no tripulados, sobre todo el Predator. Ocho mil millones para el escudo antimisiles, pero sobre todo los 60.000 millones de euros que invertirá el Pentágono sólo en Investigación y Desarrollo. En Afganistán se consiguió reducir a 10 minutos el tiempo que pasaba entre que el soldado a caballo enviaba las coordenadas hasta que caía la bomba. Con estas inversiones, se busca bajarlo a segundos.
El gasto en nuevas tecnologías se completa con las partidas a la seguridad interior, desde el control de inmigrantes al ciberterrorismo. El FBI recibiría 61,8 millones y 201 nuevos empleados para la 'recolección de evidencias e inteligencia'. Esto le permitiría dedicar más recursos a sus tecnologías de espionaje, como Carnivore o Magic Lantern. Además, 157,6 millones para actualizar sus sistemas informáticos y 21 para su programa de respuesta a 'ciberataques''. Destacan, en la partida, 11,3 para un 'Sistema de Gestión de Datos de Vigilancia Electrónica'.
Contra el ciberterrorismo
El Gobienro estima que futuros ataques en territorio de Estados Unidos podrían llegar a través de Internet. Para evitarlo, hay dos iniciativas legales: la ley de preparación al ciberterrorismo, que urge a la búsqueda de puntos débiles en los sistemas del Gobierno y de las empresas, por lo que reclaman 'unas prácticas de ciberseguridad adecuadas y la protección de la infraestructura contra terroristas u otros ataques'. El tejano Lamar Smith, impulsor de la ley, dice: 'La mejor arma de los ciberguerreros no será una pistola, sino un ordenador portátil'.
Otra ley, 'para la investigación y educación en ciberseguridad', propone que los profesores tomen periodos sabáticos para trabajar con el gobierno.
Con estos presupuestos, EE UU abre una breche digital con el resto del mundo, que intenta agrandarlo con su presión para que la Unión Europea no desarrolle el programa Galileo, la alternativa europea al GPS (el Sistema Global de Posicionamiento). El presidente de Francia, Jacques Chirac, ha advertido que si no sale adelante Galileo, Europa será un 'vasallo', de Estados Unidos.
Lo mismo opina la española Loyola de Palacio, responsable del proyecto: 'Galileo es indispensable para la industria, para nuestra capacidad tecnológica y también para al autonomía y soberanía de Europa'.
Según PricewaterHouse, Galileo costará a Europa, 2,5 billones de euros, bastante menos de lo que Bush se va a gastar en la prevención de un posible ataque bioterrorista.
La diferencia tecnológica va a ser tan enorme entre el Ejército de Estados Unidos y el de la OTAN, que hará muy complicada la colaboración en futuras misiones tanto bélicas como pacíficas, según especialistas militares. La interoperabilidad de las tropas será imposible. Incluso se empiezan a levantar voces sobre la posible desaparición de la OTAN.
Si Europa no hace un esfuerzo tecnológico similar, los soldados europeos valdrán poco más que para repartir los sacos de arroz. O, recordando, a Donald Rumsfeld, Europa pondrá el burro y Estados Unidos el ordenador.
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