Arenas desautoriza la idea de Fraga de una reforma constitucional del Senado

Con 'cariño, respeto y admiración', pero el secretario general del PP, Javier Arenas, hizo ayer una auténtica desautorización de la última propuesta del presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, partidario de afrontar una 'reforma parcial' de la Constitución que impulse el papel autonómico del Senado. Arenas la descalificó por 'inconveniente e inoportuna' y recordó que Fraga votó a favor de las tesis del partido en el reciente Congreso del PP. El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se lamentó de que una 'bofetada' de este tipo de Fraga a José María Aznar no se aprecie como una falta de cohesión en el PP.

Arenas intentó suavizar su tono y escenificar varias sonrisas para quitar hierro a la nueva divergencia comprobada entre la dirección nacional del PP y la 'opinión personal' expresada públicamente por Manuel Fraga, el veterano fundador del partido, sobre la reforma constitucional del Senado y el papel de las autonomías en el futuro de la Unión Europea.

El número dos del PP bromeó con que no había hecho falta ninguna llamada suya para reconvenir al presidente gallego, y comentó incluso que no le habían sorprendido sus declaraciones. Algo que repitieron luego numerosos dirigentes del PP para evidenciar su unidad.

Eso sí, Arenas no se privó de refrendar que la única posición oficial del PP, aprobada en su reciente XIV Congreso Nacional, con el voto a favor de la delegación gallega comandada por Fraga, no propugna ningún retoque ahora de la Carta Magna. Arenas recordó que las enmiendas tramitadas por el PP gallego para facilitar a las comunidades autónomas mayor presencia en la Unión Europea fueron transaccionadas y aceptadas por el plenario de aquel cónclave. El secretario general del PP remachó que la ponencia final dejó zanjado que la competencia de la representación exterior es exclusiva del Estado y que sí pueden reforzarse en el futuro los mecanismos de representación de las comunidades autónomas en la conformación de la voluntad nacional.

El PP, por ahora, no quiere pasar de ese punto porque no lo considera 'ni conveniente ni oportuno', según remachó Arenas. Aunque los propios dirigentes del partido admiten que han variado bastante de teorías a este respecto en los últimos años. La portavoz adjunta en el Senado, Rosa Vindel, reconoció así ayer que las ideas de Fraga no le han sorprendido porque son las mismas que expresó hace dos años en la ponencia sobre la reforma de la Cámara alta.

Entonces el PP era partidario de retocar la Constitución. Luego la ponencia en cuestión encalló, llegaron las elecciones, un nuevo programa electoral, otros compromisos y el PP ahora entiende que no hacen falta esos cambios.

El propio presidente del PP, José María Aznar, en su libro La segunda transición, abogaba en 1994 por una 'eventual reforma constitucional del Senado'. 'Es mejor asumir el riesgo de no acertar que permanecer anclado en la perplejidad, reconociendo la existencia de un problema y resistiéndose a afrontarlo', escribió el presidente. Aznar propuso entonces que las comunidades deberían designar un número de senadores (procedentes de su Asamblea o de su órgano ejecutivo) y los presidentes autonómicos tendrían que ser senadores natos. Para Javier Arenas, estos giros y divergencias no significan de ninguna manera 'falta de cohesión o debilidad en el PP'.

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó ayer durante una entrevista en la Cadena SER el trato diferente que se dispensa a los debates en su partido y en el PP: 'Hoy el señor Fraga da una bofetada en toda regla al señor Aznar y al Congreso del PP, donde se produjo una arenga contra cualquier posibilidad de reforma de la Constitución'. Muchos dirigentes socialistas resaltaron su sorpresa porque un veterano como Fraga muestre tanta capacidad de evolución frente al inmovilismo de la línea oficial marcada por Aznar. Zapatero valoró las opiniones de Fraga y opinó que se habrían tratado de otra forma si las hubiera expresado algún dirigente del PSOE.

El líder socialista concluyó que en el PSOE 'en ningún momento hay jaula de grillos' y sí 'una percepción clara de quién es la dirección del partido', aunque, afirmó, 'la derecha tiene mucho interés en que no parezca eso claro'. Zapatero recalcó que va a mantener su modelo de oposición porque quiere ganar pero 'sin hacer daño a España'.