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El Ayuntamiento de Atarfe ordena vaciar una balsa ilegal con 60 millones de litros de alpeorujo

El líquido, compuesto por agua y orujo, ha contaminado los acuíferos de los alrededores

Javier Arroyo

El alcalde de Atarfe (Granada), el socialista Víctor Sánchez, ha firmado un decreto que ordena el vaciado de una balsa ilegal de alpeorujo que contiene según sus cálculos entre 50 y 60 millones de este producto (una mezcla de agua y orujo) propiedad de la empresa Colgra. Sánchez tiene informes que indican que la mezcla se ha filtrado y ha contaminado los acuíferos sobre los que se asienta la balsa. Por si la empresa no se aviene el alcalde, que ha denunciado los hechos en el juzgado. ha pedido ya al subdelegado del Gobierno en Granada la ayuda de las fuerzas del orden público.

El alcalde de Atarfe se reunirá hoy con los responsables políticos con competencias en este asunto para estudiar medidas alternativas. A partir de ahí, Sánchez no está dispuesto a tener más contemplaciones con esta empresa, que según él, lleva muchos años incumpliendo la legislación medioambiental.

Víctor Sánchez recuerda que Colgra inició su actividad a principios de los años 70 y que aunque pidió el correspondiente permiso municipal de apertura, éste nunca le fue concedido. Tampoco cuenta con ninguna licencia para las sucesivas ampliaciones realizadas desde entonces. El alcalde reconoce que hasta ahora se les ha tratado con poca severidad porque 'hemos atendido a la importancia social y económica de la empresa, que tiene alrededor de 40 trabajadores'.

Varios expedientes

El problema con Colgra, sin embargo, no es sólo de filtraciones a las capas inferiores o de falta de licencias de obra. La orujera cuenta también con varios expedientes abiertos por exceso de ruidos y falta de informes ambientales.

Pero quienes sufren la pesadilla diaria de Colgra son los estudiantes de un instituto situado a escasos 150 metros de la fábrica se ven obligados a tragar las emisiones que lanzan las chimeneas de la orujera y que, además, provocan un hongo que tapa casi toda la localidad. De hecho, cuando las condiciones medioambientales son peores, los alumnos no pueden utilizar el patio que habitualmente usan para sus clases de educación física

Alumnos y profesores del IES Vega de Granada se quejan de olores pestilentes continuos y de una contaminación ambiental que les provoca irritación de garganta y que, según ellos, ha incrementado los casos enfermedades respiratorias en el centro. Un informe de la delegación de Medio Ambiente de Granada del año 2000 calcula la emisión de partículas a la atmósfera en 75 toneladas.

La profesora de Educación Física de este centro, Encarnación Terrón, insiste en que viene denunciando este hecho ante las autoridades académicas y de medio ambiente desde hace años. En 1998 ya escribió en la memoria de su asignatura que envió a la inspección educativa que 'en determinados momentos, si el viento sopla hacia el instituto, tenemos un alto grado de contaminación atmosférica (con olores intensos a alpechín, quema de basuras,...). Este último hecho ha favorecido una mayor incidencia de infecciones de las vías respiratorias y alergias'. Según la profesora, no se ha hecho nada.

La profesora se queja, además, de que en los años que lleva en este centro de Atarfe, ha sufrido todo tipo de enfermedades relacionadas con sus estancia durante muchas horas en el patio: virosis respiratoria, faringitis, catarros, faringotraqueitis,... Terrón insiste en que tiene diversos informes médicos que relacionan directamente sus afecciones con las emisiones a las que se ve sometida en el patio del centro. Por su parte, la directora de este instituto, Encarnación Fuentes, reconoce que la situación es grave.

En el pueblo se ha creado una asociación de afectados que ha solicitado a la delegación provincial de Salud un estudio epidemiológico. Portavoces de esta delegación dicen que aunque se valororá el riesgo y las repercusiones 'pensamos que, de momento, no se ha detectado nada'.

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