Los artistas españoles consolidan y suben el valor de su obra en las subastas de Londres

La demostración de la buena salud de los artistas españoles en el mercado de Londres empezó con Eduardo Chillida. El artista vasco despuntó sobre el resto y sus dos únicas piezas en venta se cotizaron entre las 10 más altas de la subasta de posguerra de Christie's y de arte contemporáneo de Sotheby's. La mesa de Giacometi, homenaje del escultor vasco al maestro suizo, se subastó en 465.000 libras (759.803 euros), el doble de lo estimado y el segundo precio más elevado del artista en subasta. Campo espacio de paz, un hierro de pequeñas dimensiones, pasó de 120.000 libras a 289.000. 'Es muy difícil encontrar obra de Chillida y, cuando una pieza sale al mercado, los precios se disparan', afirma Mignoni.

Otra grata sorpresa la protagonizó Manolo Millares, cuya obra aparece a intervalos espaciados en subastas, y en la última ocasión, en 1989, no llegó a venderse. Esta vez, un coleccionista privado español pujó por su composición Personaje caído con 91.700 libras, dentro de las estimaciones de Christie's. 'Se ha abierto de nuevo el interés por Millares. Pero su mercado sigue siendo local, a diferencia de la proyección internacional de Chillida, Tàpies, Barceló o Saura', defiende Fernando Mignoni experto de Christie's en arte de posguerra.

Los creadores mediterráneos han dejado atrás el auge de ediciones pasadas y en Londres mantuvieron constante el valor de sus respectivas obras. Sotheby's vendió Petjellides, de Miquel Barceló, por encima de sus previsiones, a 245.000 libras. Christie's, en cambio, valoró alto las dos obras que ofrecía del pintor mallorquín y sólo consiguió vender el lienzo L'eau potable por 245.000 libras, dentro de sus estimaciones. 'Su mercado sigue siendo fuerte, pero la estimación dada a Cap i pota fue quizá muy alta', reconoce el experto de Christie's.

Al menos 4 de los 13 trabajos de Antoni Tàpies presentados en Londres no llegaron a venderse, pero originales en papel o cartón, como Crani i grafismes negres o Pleu/Cre, entre otros, se subastaron justo por encima de las estimaciones de Sotheby's. Mejor resultado dio la tela Ocre amartillado con orificio central, de 1956, que se vendió por 157.000 libras, tres veces más que la valoración inicial. 'Pertenece al periodo clave de Tàpies, entre 1955 y 1963, y salía con una estimación muy modesta', reconoce Francis Outred, experto de arte contemporáneo en Sotheby's.

Saura también estaba muy presentado en las subastas londinenses y, aunque no se vendieron todas las obras, el interés de coleccionistas extranjeros y nacionales elevó los precios de cuadros, como Vendela, subastado a 80.000 libras por encima de las estimaciones. En Londres se ha confirmado esta semana la vitalidad del mercado fotográfico. Una copia de una edición de seis, de Andreas Gursky, se vendió por 432.000 libras, cerca del triple de lo estimado por Christie's. Esta panorámica de una estantería de zapatillas deportivas no sólo rompió el récord que Gursky logró el año pasado, sino que se alzó en el precio más alto jamás pagado en subasta por una fotografía contemporánea. 'El interés por la fotografía no es una moda, sino un fenómeno que seguirá creciendo', defiende el experto de Sotheby's.

El año de Warhol

Outred relaciona las exposiciones de esta temporada de Andy Warhol, en Londres y Madrid, entre otras ciudades, con el extraordinario interés que su obra ha suscitado esta semana entre los coleccionistas europeos y estadounidenses. Un alto porcentaje de la veintena de sus trabajos en venta rebasaron las estimaciones. Los expertos no lo esperaban puesto que no se ofrecían obras monumentales y se sorprendieron con la rapidez y agresividad de las pujas.

La serigrafía de Warhol Avanti car, que procedía de una colección madrileña, se vendió por encima de las 40.000 libras frente a la valoración de 12.000 libras dada por Sotheby's. Cuchillos, vendido por 377.000 libras, el doble de la valoración, y otro lienzo de la década de los ochenta, Campbell's Soup Can, que subió de las 80.000 libras a cerca de 300.000, se situaron entre las más altas cotizaciones en Sotheby's. El resultado fue similar horas antes en Christie's, y un autorretrato del artista fue a parar a un marchante por encima de las 200.000 libras cuando se valoraba inicialmente a 70.000 libras.

Gerhard Richter se mantuvo dentro de las estimaciones, pero cosechó las más alta recaudación de las sesiones con Mailand: Dom, su fantasmal visión de una catedral, que se vendió en 1,7 millones de libras. Le siguió Rothko, cuyo lienzo N.15, obra transitoria y atípica, partía con una estimación modesta, 800.000 libras, y cambió de manos por 1,6 millones. 'El mercado está muy activo. Los compradores están pujando fuerte por obras de calidad, por trabajos cruciales en la trayectoria de un artista o por artistas cuya obra no es muy frecuente en las subastas', señala Mignoni.