Sanidad asegura que nunca autorizó a Senderowicz para ejercer como cirujano

Gerardo Raúl Senderowicz, el médico investigado por la muerte de su paciente Débora Catalán el pasado 25 de enero mientras la sometía a una intervención estética en la clínica Icema, nunca fue autorizado a ejercer como cirujano en España, según un portavoz del Ministerio de Sanidad. Senderowicz, que obtuvo su titulación de médico en Argentina, sólo fue autorizado para ejercer como 'médico de medicina general' en España en 1995 por la Dirección General de Ordenación Profesional.

Con esta autorización, según Sanidad, se convalidó a los facultativos que venían ejerciendo la medicina general para que pudiesen acogerse a una nueva especialidad: medicina familiar.

Pero los portavoces de Sanidad son tajantes: 'Senderowicz nunca fue autorizado, ni antes ni después de 1995, para ejercer la cirugía, que es otra especialidad, como puede ser otorrinolaringología o cualquier otra'.

Los portavoces ministeriales no entran en si Senderowicz tenía o no titulación de cirujano. Sencillamente, nunca reclamó ser autorizado como especialista en cirugía. Por tanto, según Sanidad, cualquier intervención quirúrgica de Senderowicz se hizo sin la autorización administrativa correspondiente.

Sanidad remite para cualquier posible sanción al Colegio de Médicos de Madrid, donde no dan una explicación determinante al respecto. 'Sólo sabemos que se colegió en 1990, porque acreditó que el Ministerio de Educación le había convalidado su título argentino de medicina y cirugía general. Pero no sabemos si tenía o no una especialidad en cirugía, porque sólo nos acreditó su licenciatura, y no ninguna especialidad. No decimos que no la tenga, sólo que no nos consta', afirman.

Ante tal contradicción sobre si un mero licenciado en medicina puede o no realizar intervenciones quirúrgicas, el juez que investiga la muerte de Débora Catalán ha solicitado al Ministerio de Sanidad 'certificación sobre la especialidad médica' de Senderowicz y que detalle 'la titulación que se exige a un facultativo para realizar intervenciones quirúrgicas, sean de cirugía plástica o estética'. El juez reclama saber, además, 'si esta titulación [cirugía] la ostentaba Senderowicz o había solicitado su homologación del título extranjero, y si existe la especialidad de cirugía estética'.

Requisitos de una clínica

El juez ha pedido a la Consejería de Sanidad 'certificación sobre la acreditación sanitaria de Senderowicz y la fecha en que podía empezar a ejercer'. Exige, también, que la consejería informe sobre 'los requisitos que se exigen a una clínica o centro de cirugía plástica para poder ejercer tales prácticas'. Al Colegio de Médicos le pide 'certificación de la existencia de colegiación y que remita los expedientes que obren en su poder sobre denuncias o quejas' contra Senderowicz y su centro Icema, clínica que la consejería tacha de ilegal, aunque existía desde 1993.

La denuncia de una de las primeras pacientes de Senderowicz, Carmen Cerreduelas, que responsabiliza al facultativo de diversos estragos en su nariz -cada vez que ingiere líquidos le gotean sus fosas nasales- muestra una realidad incuestionable. Ya antes de la autorización del Ministerio de Sanidad de 1995, Senderovicz había realizado una veintena larga de intervenciones quirúrgicas.

Un representante legal del sanatorio Nuestra Señora de La Paloma acreditó ante el juez que Senderowicz intervino a Cerreduelas el 26 de junio de 1993 de una rinoplastia. Ésta fue una de las 21 intervenciones quirúrgicas, 'todas ellas de cirugía plástica', realizadas entre 1992 y 1993 por el médico en este centro, con el que no tenía 'ninguna relación de dependencia laboral ni civil', según este abogado.

Una factura, que el hospital dijo no saber quién había pagado, reflejaba los gastos de 'alquiler de quirófano, más anestesia, estancia y medicación'. Según Cerreduelas, Senderowicz le operó, además, dos veces con anterioridad en otra clínica madrileña en 1991 y 1992.