La acusación sostiene que Catalán se hizo una liposucción
María Jesús González, abogada de la familia de Débora Catalán, la mujer de 36 años que falleció el 25 de enero en la clínica Icema, mantiene que ésta se sometió a una laserlipólisis (acto quirúrgico que requiere anestesia) y no a una mesoterapia (tratamiento contra la celulitis mediante inyecciones intradérmicas), tal y como declaró ayer ante la policía Gerardo Raúl Senderowicz, el médico que la atendió.
La letrada cree que el facultativo cayó en varias contradicciones. González sostiene que a Débora se le practicó una laserlipólisis porque el médico ordenó un estudio completo preoperativo: un hemograma (análisis de sangre), pruebas bioquímicas y hemostasis (nivel de coagulación). Todas las pruebas permitían la intervención, según el médico. 'Desde luego, estas pruebas no se le practican a una persona que va a someterse a una simple mesoterapia', explica la letrada de la familia, personada en el caso como acusación particular.
Además, la abogada subraya que, a su juicio, el centro Icema no disponía de los medios necesarios para sacar a un paciente de una parada cardiorrespiratoria. Senderowicz tuvo que avisar a una UVI móvil del 061 de la Comunidad de Madrid cuando Catalán comenzó a sufrir convulsiones. Sólo pudo administrarle oxígeno y practicarle el boca a boca.
Por ello, María Jesús González mantiene que faltaban aparatos básicos como un desfibrilador (aparato de reanimación en caso de parada cardiaca) o los medicamentos necesarios para esta práctica (adrenalina o similares). 'Queda demostrado, desde luego, que el centro no cumplía las medidas necesarias para efectuar una operación de esa envergadura [laserlipólisis], ya que no disponía de unidad de cuidados intensivos ni de sala de observación', añade la letrada.
Otra contradicción en la que ha incurrido Senderowicz, según González, es que, al principio, un portavoz del centro estético dijo que le habían administrado anestesia (lidocaína) y que el médico ha omitido este dato en sus declaraciones. 'Las contradicciones son constantes y ahora deberá dar cuenta de todo lo que ocurrió la tarde del 25 de enero en el centro Icema', concluye la abogada de la familia de Débora Catalán.
Por último, la paciente tenía un presupuesto de Icema, del pasado 16 de octubre, para hacerse una laserlipólisis en muslos, abdomen y caderas. Los precios oscilaban entre los 1.650 y 2.500 euros (entre 275.000 y 416.000 pesetas).
Débora Catalán, bisnieta de Ramón Menéndez Pidal, falleció el 25 de enero cuando iba a someterse a una intervención estética en el centro Icema, situado en la calle de Maldonado, 59 (distrito de Salamanca). La Comunidad de Madrid, ante la falta de las licencias municipales y regionales necesarias, lo clausuró dos días después.
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