Cientos de palestinos asaltan un tribunal y linchan, desnudan y arrastran a tres acusados

Tres palestinos, dos de ellos menores de edad, fueron linchados ayer por una multitud, que asaltó el tribunal militar de Jenin, donde habían sido juzgados por el asesinato de un oficial de las Fuerzas Preventivas. El incidente ha conmocionado a la sociedad palestina, que advierte con alarma cómo en los últimos meses se ha venido deteriorando la seguridad en los territorios autónomos. Los cuerpos de los tres linchados fueron desnudados y arrastrados por las calles de Jenin en uno de los episodios más escalofriantes de los últimos tiempos en Oriente Próximo.

Al grito de 'venganza', más de 500 personas, entre las que se encontraban varios agentes de la policía palestina, irrumpieron ayer al mediodía en el interior de la Cámara de Comercio de Jenin, convertida provisionalmente en la sede del Tribunal Militar de Seguridad. Allí se acababa de juzgar a tres vecinos, acusados de haber asesinado a un oficial de la Seguridad Preventiva del Gobierno que preside Yasir Arafat.

La multitud, indignada con una sentencia de 15 años de prisión, impuesta por el tribunal a los dos autores materiales del asesinato, en razón de su minoría de edad -uno tenía 15 años y el otro, 16-, logró apoderarse de los acusados, que fueron llevados hasta el cuarto de baño cercano, con la excusa de protegerlos. Pero allí les esperaba un hombre armado con un fusil automático, que disparó sobre ellos a bocajarro.

Ante la impotencia de las fuerzas de seguridad, la multitud siguió fluyendo hacia el interior del edificio para pisotear y destrozar los cuerpos de las tres víctimas. A continuación, como si fueran un trofeo, los cuerpos de los tres linchados fueron desnudados y arrastrados por las calles de Jenin.

El clan de los Kamil, originario de la aldea cercana de Kabatia, termina con esta carnicería de vengar la muerte de uno de los suyos, Osama, oficial de la Seguridad Preventiva. El pasado 1 de febrero, Osama fue asesinado por tres miembros de un clan rival en represalia por la muerte de seis de los suyos a los que el policía había dado muerte tras acusarlos de ser colaboradores del Ejército de Israel.

El incidente ha conmocionado a la sociedad palestina, que hace cinco días fue testigo en Ramala de un suceso similar, cuando un grupo de vecinos del campo de refugiados de Kalandia irrumpió en la capital cisjordana para vengar la muerte de un muchacho de religión musulmana a manos de un comerciante local cristiano.

En aquella ocasión la multitud recorrió las calles del casco antiguo de Ramala para atacar, asaltar y destruir numerosos comercios propiedad de cristianos, en venganza por el asesinato del muchacho que había sido apuñalado cerca del control militar israelí en Kalandia por un carnicero, con el que había mantenido una discusión banal. Los manifestantes quemaron tres de las carnicerías, propiedad del comerciante, para a continuación arrasar numerosos bares y licorerías donde se expendían bebidas alcohólicas. Pero los asaltantes atacaron también un gimnasio y un club deportivo con la única excusa de que estaban regentados por cristianos. Los incidentes culminaron al día siguiente con el incendio de una destilería local.

El presidente palestino, Yasir Arafat, que días atrás ordenó abrir una investigación sobre lo acaecido en Ramala, exigió ayer a las autoridades de Jenin esclarecer los hechos y castigar a los culpables. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos palestinas condenaron los sucesos.