La falta de lluvias en el norte del país deja las reservas al 50% de su capacidad

Las lluvias no aparecen en este invierno. En las cuencas de la mitad norte de la península, las reservas de agua deberían estar al 70%, pero no llegan al 20% en muchos casos. El Instituto Nacional de Meteorología califica este episodio de 'fuerte anomalía' y espera a que pasen unas semanas para denominarlo 'sequía'. En el Duero ha llovido el 19% de la media de los últimos años. En Cataluña y Vitoria han aprobado ya medidas de emergencia.

Si no llueve con intensidad en las próximas semanas, los mecanismos de emergencia que han puesto en marcha Vitoria y Cataluña para afrontar la sequía se extenderán. En Vitoria, las reservas del río Zadorra, del que también se abastece Bilbao, han llegado al punto de alerta. La empresa municipal de aguas se dispone a utilizar los dispositivos de emergencia puestos en marcha durante la sequía de 1989 y 1990: el bombeo desde los pozos de Subijana y el Gorbea.

'En San Sebastián estamos vigilantes porque las reservas están al 47%, cuando la media es del 77% por estas fechas', afirma Enrique Noain, presidente de Aguas del Añarbe, que abastece a 300.000 residentes de la capital guipuzcoana y a nueve municipios de sus alrededores. 'Tenemos agua para siete meses, pero hemos parado una central eléctrica y reutilizamos el agua de los filtros de las depuradoras que solemos verter al río. Si continuamos así, reforzaremos las aportaciones al embalse del Añarbe', añade Noain.

En Pamplona, el mes de diciembre fue el más seco desde 1912. Sólo se recogieron 10 litros en todo el mes. Las reservas de la ciudad se limitan a 10 millones de metros cúbicos, cantidas que será insuficiente. La empresa abastecedora asegura que cuenta con un manantial complementario de 1.700 litros por segundo de caudal, la mitad de un año normal.

En lo que va de año hidrológico (que comienza en octubre, coincidiendo con el ciclo agrícola), las precipitaciones en todo el norte han sido un 20% inferiores a la media de los últimos diez años; en el Duero, el 19%; en el Ebro, el 37%, y en el Pirineo catalán, el 15%. En estas cuencas, dice un informe de coyuntura del Instituto de Meteorología, el periodo inicial del año ha sido 'extraordinariamente seco. Es una anomalía fuerte que todo el Norte esté por debajo del 50% durante cinco meses', precisa Antonio Mestre, autor de los informes sobre precipitaciones.

El Ejecutivo catalán aprobó el martes un paquete de medidas de emergencia para afrontar una situación calificada de 'grave'. Se han reducido las dotaciones de agua para regadíos, campos de golf y limpieza de calles, se restringe el uso hidroeléctrico y se prohibe a los ayuntamientos utilizar agua potable en las fuentes ornamentales. Los embalses que controla la Agencia Catalana del Agua se encuentran al 28% de su capacidad, y los de los ríos Ter y Llobregat, de los que se abastece el área metropolitana de Barcelona, garantizan agua para sólo cinco meses.

Suspender el trasvase

La tensión generada en el sistema eléctrico por el aumento de la demanda (en enero ha crecido lo previsto para todo el año) ha llevado al operador de transporte Red Eléctrica a plantear al Gobierno suspender un mes el trasvase Tajo-Segura. La propuesta figuraba en un paquete de medidas de emergencia que debía haber aprobado el Consejo de Ministros la semana pasada. A última hora se retiró para 'no generar alarma social', según afirman varias fuentes.

Madrid tampoco puede presumir de encontrarse en buenas condiciones. Los embalses del Canal de Isabel II se encuentran al 51% (hace un año estaban en el 83%). Con más o menos tiranteces, los abastecimientos están garantizados de momento, pero la tensión generada por la escasez de agua se agravará en otros sectores de continuar la sequía, porque tampoco este año ha nevado en las montañas.

En la cuenca del Duero reconocen que habrá problemas con los riegos que se inician entre marzo y mayo, según un portavoz de la Confederación. Y en el Ebro sucede otro tanto. Todos los embalses de la cuenca, salvo Mequinenza, Noguera y Cinca, están muy por debajo de la media de los últimos cinco años, lo que supone un aviso para el proyectado trasvase del Ebro. En esta confederación no se descarta la convocatoria en breve de las mesas de la sequía.