El grupo Vivendi arrebatará a Dragados el 'supercontrato' de servicios para Rabat
La empresa española obtuvo en 1998 la concesión por 30 años, valorada en 6.000 millones de euros
El grupo francés Vivendi apuesta fuerte por Marruecos. Su peso en el país vecino es cada vez mayor, en detrimento de otras empresas, como las españolas. En esa estrategia, la multinacional que preside Jean-Marie Messier está ultimando un acuerdo con Dragados y sus socios portugueses para hacerse con el supercontrato de servicios urbanos de Rabat, el más importante de Marruecos, ya que se trata de una concesión de 1998 por 30 años y valorada en más de 6.000 millones de euros. La crisis diplomática entre España y Marruecos no ha influido en este caso, aseguran fuentes conocedoras de la operación.
Vivendi está a punto de hacerse con el contrato de servicios urbanos de la capital marroquí, justo cuando van a cumplirse cuatro años de la adjudicación del mismo al consorcio Redal, liderado por Dragados e integrado además por las empresas portuguesas Electricidad de Portugal (EdP) y el banco de inversión Pleyade y la marroquí Alborada.
Se trata de la concesión de servicios más importante del país magrebí, puesto que incluye el contrato por 30 años de la distribución de electricidad, abastecimiento y gestión del agua y del saneamiento de Rabat y sus comunidades adyacentes (Salé y Temara-Skhirat), atendiendo a una población de casi dos millones de personas.
La apuesta del grupo francés por Marruecos le ha llevado a realizar una oferta a las tres empresas (EdP, Pleyade y Dragados) que controlan cada una de ellas el 29% del consorcio que se adjudicó la concesión en febrero de 1998.
Negociaciones
Según fuentes de la negociación, Vivendi se ha dirigido primero a las portuguesas con las que ha llegado a un principio de acuerdo. Posteriormente, Dragados, que preside Santiago Foncillas, también aceptó entrar en la negociación, puesto que no sería aconsejable para sus intereses quedarse en una posición minoritaria de un consorcio que estaría controlado por un competidor internacional como Vivendi, que además es socio de FCC en España.
El acuerdo podría cerrarse esta misma semana en París, donde hay previsto una reunión para tal fin. Aunque los términos del mismo no están cerrados, la oferta inicial de Vivendi ronda un pago en efectivo de 42 millones de euros a cada uno de los socios por la concesión, más la asunción de todos los compromisos de inversión (más de 1.200 millones de euros) para hacer posible el cumplimiento de la concesión.
La iniciativa de Vodafone por hacerse con el supercontrato de la capital del Reino marroquí se inscribe en una estrategia de aumentar considerablemente su presencia en el país. De hecho, el grupo francés se ha hecho con los contratos de abastecimiento tanto de agua como electricidad de las principales ciudades marroquíes como la concesión por 25 años de los servicios urbanos de Tetuán y Tánger, por los que también pujaron grupos españoles como la eléctrica Unión Fenosa.
En su doble vertiente de empresa especializada en medios de comunicación (Vivendi Universal) y en contratos de servicios (Vivendi Environnement), el principal activo del grupo francés en Marruecos es la posesión del 35% de Maroc Telecom, la antigua compañía pública que aún mantiene el monopolio de telefonía fija. En esta línea, en las últimas semanas la prensa marroquí ha aireado el interés de Vivendi por hacerse con un 16% adicional de Maroc.
Fuentes de la negociación han descartado rotundamente que en el aumento del protagonismo de Vivendi en detrimento del papel de las empresas españolas y, en particular, en la cesión del contrato de servicios de Rabat haya influido el conflicto diplomático que mantienen España y Marruecos, y que tuvo su punto álgido en octubre de 2001, con la retirada del embajador marroquí.
Reveses españoles
Sea como fuere, el caso es que últimamente las empresas españolas han sufrido serios reveses en el país marroquí. La constructora FCC tiene que hacer frente a una multa de 12 millones de euros (2.000 millones de pesetas) a que fue condenada recientemente tras pedir amparo por la decisión del Ministerio de Obras Públicas de parar la obra de ampliación del puerto de Agadir, debido a la falta de calidad de los materiales de construcción que le suministraba una empresa local.
Tampoco soplan buenos vientos para Telefónica que realizó una fuerte inversión en el consorcio Medi Telecom, que se ha convertido en la alternativa de telefonía móvil al ex monopolio de Maroc. Recientemente, el Gobierno marroquí dio un golpe de mano y frenó los planes de la Agencia Nacional de Reglamentación de Telecomunicaciones (ANRT), organismo que hace las funciones de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) español, para liberalizar el sector, lo que beneficia al antiguo monopolio y perjudica a los intereses de Telefónica.
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