Elecciones en el colegio de oro
Miquel Bruguera y Antoni Surós se disputan la presidencia de los médicos de Barcelona
Miquel Bruguera y Antoni Surós compiten el próximo 19 de febrero como candidatos a la presidencia del Colegio de Médicos de Barcelona. El primero busca su tercera reelección con un activo basado en una gestión económica brillante. No en vano el colegio presta más servicios que cualquier otro gracias a los beneficios de las numerosas empresas en que participa. Pero no todos están de acuerdo con el rumbo que ha tomado la institución. Surós, candidato renovador, denuncia que el esplendor económico oculta un incipiente 'ensimismamiento' y falta de debate en un colegio que, por primera vez en su historia, celebrará elecciones con más mujeres que hombres entre sus más de 23.000 socios.
La institución posee una mutua, una aseguradora y hasta una agencia de viajes
La gestión de la actual junta ha creado 'aburrimiento', cree el candidato Antoni Surós
Más de 23.000 médicos de la provincia de Barcelona tienen una cita con las urnas el próximo 19 de febrero. Dos candidatos, uno continuista y otro renovador, se disputan la presidencia de uno de los colegios profesionales más potentes de España, tanto por su influencia como, sobre todo, por el dinero que gestionan las empresas en que participa. En total unos 85.000 millones de pesetas el año pasado. Su modelo de gestión, 'ejemplar' según unos, 'elitista' a juicio de los opositores, ha convertido la institución en un inmenso centro de servicios que permite a los facultativos pedir un crédito, contratar un seguro, adquirir un coche, organizar una convención e incluso irse de viaje, todo bajo el paraguas colegial.
El actual presidente y candidato a la reelección, Miquel Bruguera, ha conducido con mano de hierro una transformación que ya inició Ramon Trias y que ha dotado al colegio de un sinfín de servicios financiados gracias a empresas creadas por la propia institución. Sólo en gestión de ahorros, el colegio tiene confiados 240 millones de euros (unos 40.000 millones de pesetas). Cifras como ésta permiten que 'dos de cada tres euros que se invierten en actividades del colegio no procedan de las cuotas de los facultativos, sino de la actividad empresarial', recuerda el actual vicepresidente Jaume Aubia. Y es que con un presupuesto ordinario de 7.813.157 euros, casi el doble que hace cinco años, se mantiene una plantilla de 223 trabajadores.
Todo comenzó a mediados de la década de 1980 con la creación de la Mutual Médica, una mutualidad de previsión social que actualmente recauda 10.818.217 de euros en primas cada año. Pronto se le sumaron otra empresa aseguradora, una consultora fiscal y laboral e incluso una promotora inmobiliaria. Una agencia de viajes y otra de gestión de valores completan el conglomerado empresarial en el que cada afiliado tiene invertidos, de media, tres millones de pesetas.
Estas cifras han creado no pocos recelos en el seno del colegio, ya que un sector cree que la actividad lucrativa de la institución ha pasado por encima de la filosofía propia de un colegio profesional: dar servicio, formación y cobertura a sus socios.
El actual equipo de gobierno, próximo a los postulados de CiU pero con miembros afines a otras tendencias, defiende la política de participación empresarial por la necesidad de financiación. 'Es gracias a las aseguradoras, las mutuas y otras empresas donde participamos que podemos invertir tanto en atención como en defensa de los colegiados', reza Aubia.
Pero Antoni Surós, aspirante a la presidencia y procedente del mundo sindical, cree que el actual equipo de gobierno ha creado 'aburrimiento' y un 'ensimismamiento' que en nada favorecen la discusión y el planteamiento de nuevos retos profesionales. 'El colegio no responde a los intereses de la sociedad', concluye Surós. Apoya esta tesis en el hecho de que las mujeres casi no están representadas en la junta de gobierno pese a su presencia cada vez mayor dentro de la profesión. Lo cierto es que, desde hace dos años, las mujeres ya son mayoría dentro de la institución y se calcula que ya representan el 65% del total. Y las facultativas seguirán ganando terreno, ya que el 80% de las nuevas afiliaciones corresponden a mujeres. En las facultades de Medicina ellas también son mayoría. Otros retos que debe afrontar el colegio es la precariedad laboral reinante en el sector y la salud de los médicos, a menudo muy deteriorada por guardias interminables y el estrés propio de una profesión que se siente asediada por abogados cazadores de indemnizaciones y pacientes descontentos.
La junta ha creado en esta legislatura un programa para tratar a médicos con adicciones y ha rebajado las cuotas a los colegiados más jóvenes. en cambio, no ha conseguido reformar los estatutos ni la ansiada unificación de los cuatro colegios de médicos de Cataluña.
Tras las elecciones de 1998, en las que sólo se presentó una candidatura de dudoso consenso, dos formas de ver la profesión se enfrentan en estos comicios. El atractivo del aire nuevo y el peso de la experiencia ya están compitiendo.
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