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Reportaje:

La cultura italiana, según Berlusconi

'Il Cavaliere' releva las cúpulas de la Bienal de Venecia y de Cinecittà

En Italia es la hora del manager. El primer ministro, Silvio Berlusconi, dueño de la principal cadena de televisión privada del país y hombre de negocios con un potente imperio a sus espaldas, confía sobre todo en los empresarios. Il Cavaliere, que se considera a sí mismo hombre de gusto exquisito y de cultura, está convencido de que al empresario se le puede y se le debe confiar la transformación entera de la sociedad, otorgándole las riendas de la educación y de la cultura. En estos momentos hay una mujer-manager al frente del Ministerio de la Instrucción Pública, Letizia Moratti, y un manager se hará cargo dentro de poco de uno de los entes fundamentales en el entramado cultural italiano, la Bienal de Venecia. Franco Bernabe, antiguo responsable de Telecom Italia, está a punto de desembarcar en la Bienal tras la dimisión en abril de Paolo Baratta, el anterior presidente. El cambio tendrá consecuencias inmediatas en la Mostra de Venecia, el prestigioso festival de cine, a cuyo frente se encontraba hasta hace poco Alberto Barbera.

El primer ministro está convencido de que al empresario se le debe confiar el cambio de rumbo en la sociedad
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Ni Barbera ni su antecesor, Felice Laudadio, han contado nunca con las simpatías del centro-derecha, la mayoría de cuyos santones culturales han criticado siempre los criterios de selección que han caracterizado al festival veneciano. Demasiado experimental, decían, demasiado de izquierdas, demasiada carga ideológica. Año tras año se repasaban las cuentas de ingresos de las películas premiadas con el León de Oro y año tras año se comprobaba que las grandes revelaciones de la Mostra se derrumbaban en las taquillas.

Pero la sustitución de Barbera no se presenta fácil. El director norteamericano Martin Scorsese ha rechazado gentilmente la oferta y todo parece indicar que habrá que contentarse con una figura de perfil mucho más modesto. Los últimos rumores apuntan a la posibilidad de que el cargo recaiga en Marina Cicogna, descendiente del conde Volpi, en cuyo honor han sido bautizados los premios de interpretación de la Mostra.

Las viejas glorias del cine italiano, la mayoría de izquierdas, han reaccionado con resignación a este cambio de nóminas en el principal festival cinematográfico del país, pero la ofensiva reformadora del Gobierno de Berlusconi no se limita a la Mostra de Venecia. El director Gillo Pontecorvo, famoso por su filme La batalla de Argel, denunciaba hace un par de días en el diario L'Unità el cese de un experto en cinematografía como Lino Micciché al frente del Centro Sperimentale del Cinema de Roma, para hacer sitio a un amigo personal de Berlusconi, el sociólogo Francesco Alberoni. La queja de Pontecorvo se basaba en el hecho de que Micciché es 'un teórico de la cinematografía de gran renombre internacional', que ha demostrado su valía en largos años de trayectoria profesional, mientras Alberoni, 'aunque es un sociólogo de grandes cualidades, ha tenido muy pocos contactos con la cinematografía'.

En la misma línea de lamentaciones se expresaban Ettore Scola y Francesco Rosi en el mismo diario que fundara en los años veinte Antonio Gramsci y que pertenece hoy al Partido de los Demócratas de Izquierda. El cine, explica Pontecorvo, es un vehículo de transmisión de ideas y valores demasiado importante como para verse lastrado por partidismos. El nuevo Ejecutivo parece estar de acuerdo, porque se preparan más cambios en las cúpulas de otros entes relacionados con la cinematografía. Como en Cinecittà Holding. La sustitución de los cargos directivos de este organismo, que supervisa todas las inversiones en el cine italiano, ha sido ya anunciada. Felice Laudadio y su número dos, Fabiano Fabiani, serán sustituidos por Gianpaolo Sodano, antiguo jefe de Canal 5, la emisora estrella del Grupo Mediaset, de Berlusconi. Sodano tendrá a su cargo el Instituto Luce, que se encarga de la producción y distribución de las películas italianas y cuyo director ha sido ya reemplazado.

Todo apunta a que el espíritu de rentabilidad empresarial, que ha decidido al ministro de Cultura, Giuliano Urbani, a privatizar completamente la gestión de los museos, se extiende a otros sectores del universo cultural. Es la hora de los managers.

Berlusconi durante una visita a Venecia.
Berlusconi durante una visita a Venecia.ASSOCIATED PRESS

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