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Panamarenko vuela sobre el Retiro y aterriza en el Palacio de Cristal

El escultor belga expone sus máquinas para el aire y el agua

La arquitectura de hierro y vidrio del Palacio de Cristal, del Retiro madrileño, contiene las máquinas inventadas por el escultor belga Panamarenko (Amberes, 1940), en una exposición antológica organizada por el Museo Nacional Reina Sofía. Un dirigible, aviones, platillos volantes, submarinos y una alfombra voladora se exponen como 'una metáfora del vuelo de la imaginación', según el comisario, Enrique Juncosa.

'La exposición es bellísima y muy escenográfica', declaró Juan Manuel Bonet, director del Museo Nacional Reina Sofía (www.museoreinasofia.mcu.es), al presentar la primera antológica de Panamarenko en España, un artista formado en la contracultura de los años sesenta en Amberes y en la corriente del posminimalismo. 'Es uno de esos nombres míticos, como el de Pino Pascali, que acaba de exponer en el palacio de Velázquez, con un trabajo peculiar, con una reminiscencia leonardesca'.

El comisario de la exposición, Enrique Juncosa, subdirector artístico del Reina Sofía, situó la obra de Panamarenko a finales de los sesenta, con una serie de performances y la creación de una primera máquina, un helicóptero con pedales, que figura en el montaje del Palacio de Cristal, del Retiro madrileño, donde permanecerá, con entrada libre, hasta el 8 de abril.

La muestra contiene 13 piezas, desde aviones de los años sesenta hasta obras más recientes, como una alfombra voladora, hecha con estructura de acero, hélices de madera, ruedas dentadas de aluminio, baterías de níquel cadmio y motores. Industria y artesanía se mezclan en las máquinas voladoras y terrestres, compuestas con láminas transparentes, tablas de madera, resinas, cojinetes y motores.

Panamarenko -el artista prefirió pasear por la ciudad en lugar de acudir a la rueda de prensa- estuvo presente en la apertura a los invitados y declaró que sus máquinas, perfectamente situadas en la envoltura del Palacio de Cristal, están muy relacionadas con la naturaleza y los principios mecánicos. El proceso de su elaboración se puede seguir en un álbum de artista hasta que se publique en febrero el catálogo, con las imágenes del montaje y textos de Enrique Juncosa, con una teoría del vuelo, y Marga Paz, sobre la tradición de la máquina en el siglo XX.

'El artista hizo el Aeromodeller para impresionar a Brigitte Bardot', dijo Enrique Juncosa sobre la mayor pieza de la exposición, un dirigible de finales de los sesenta formado por una cámara de aire de 2.700 por 600 centímetros, de láminas transparentes, y una barquilla de junco de palembarg entrelazado. 'El artista está interesado por el electromagnetismo, piensa que las teorías de Eisntein están equivocadas. En sus máquinas hace una parodia de la ciencia y la universidad pero a la vez expresa una metáfora de la poesía'.

'Las máquinas de Panamarenko', señala Juncosa, 'no son emblemas del progreso o del hombre contemporáneo, sino que parodian y derriban cualquier tipo de verdad lógica, moral, científica o religiosa, bajo un disfraz tecnológico y cartesiano'. También son objetos que indican, según el comisario, los nuevos caminos de la escultura europea con Beuys y Broodhaerts, donde el autor combina la estética y la ingeniería con nuevos materiales.

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