Manifestación antiglobal

El 24 de junio una manifestación de unas 20.000 personas bajaba por el paseo de Gràcia de Barcelona protestando contra la reunión que el Banco Mundial había querido celebrar en la ciudad. La delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas, había desplegado más de 2.000 policías antidisturbios. La manifestación fue masivamente pacífica. A unos cuantos metros del final de la concentración, una cincuentena de personas con la cara tapada fueron rompiendo escaparates de comercios, a pesar de los intentos de impedirlo por parte de los servicios de orden de los propios manifestantes. La policía no intervino. Más tarde, cuando la manifestación ya acababa en la plaza de Catalunya, la policía provocó el caos cargando contra los manifestantes pacíficos, deteniendo a una veintena de personas e hiriendo a varias otras. Fue entonces cuando pudimos observar a personas disfrazadas de alborotadores con pasamontañas y porras de madera que trabajaban con la policía. La sensación de haber sufrido una intolerable agresión, al estilo franquista, nos llevó a querellarnos contra la delegada del Gobierno. El 7 de enero el juez archivaba el caso: ¡la represión había sido correcta! Total impunidad. Recurriremos, pero ¿podemos esperar algo de la Justicia?