El Barri Gòtic pide que se instalen videocámaras para reducir los robos
Una prueba en otras calles dio buenos resultados
La Asociación de Vecinos del Barri Gòtic de Barcelona reclama la instalación de videocámaras de seguridad en 26 calles del barrio para evitar robos u otras acciones delictivas. El presidente de la asociación, Josep Lluch, argumenta que la colocación, el año pasado, de videocámaras en la calle de Escudellers y en la plaza de George Orwell, en la zona baja de La Rambla, ha permitido reducir la delincuencia y no ha generado suspicacias entre los vecinos.
El concurrido Barri Gòtic es una de las zonas con más problemas de seguridad ciudadana de Barcelona y los turistas suelen ser el blanco preferido de los profesionales de los hurtos y tirones de bolsos.
Las calles de Barcelona no son las únicas en las que se están instalando videocámaras. En el campo del Fútbol Club Barcelona hay más de un centenar para controlar posibles brotes de violencia. Y son varios los ayuntamientos que pretenden utilizarlas para vigilar a los conductores.
Los vecinos del Barri Gótic creen que la delincuencia disminuiría si se instalaran cámaras de videovigilancia El presidente de la Asociación de Vecinos del Barri Gòtic, Josep Lluch, declaró a Europa Press que desde que se colocaron estas cámaras en la calle de Escudellers y la plaza de Georges Orwell 'los tirones se han trasladado a otra zona'. Lluch destacó, además, que no han surgido quejas por el atentado contra la intimidad de las personas que puede suponer la colocación de las cámaras en plena calle. Los vecinos del Barri Gòtic esperan que los precedentes satisfactorios de la experiencia de las dos cámaras ya instaladas se repitan en el barrio. La zona donde hay videocámaras era una de las más castigadas por los hurtos y los tirones del distrito de Ciutat Vella por la afluencia de visitantes.
Entre las 26 calles en las que la Asociación de Vecinos del Barri Gòtic quiere instalar este sistema de vigilancia figuran las de Sant Francesc, Nou, Ample, Rosa y el pasaje de la Pau, todas ellas muy concurridas.
La Comisión de Control de Dispositivos de Videovigilancia de Cataluña, el organismo encargado de autorizar la colocación de estos sistemas, dio el visto bueno al Ayuntamiento de Barcelona en junio del año pasado para la instalación de cámaras. Se presentaron 1.300 firmas de vecinos para avalar la propuesta.
Prueba judicial
Las cámaras graban sólo las imágenes, no los sonidos, y las grabaciones están supervisadas por la Guardia Urbana. Las imágenes grabadas deben ser destruidas en un plazo de 72 horas y pueden constituir una prueba judicial contra los autores de hechos delictivos.
La instalación de estas dos cámaras se concibió como una prueba piloto para evaluar sus posibilidades y en aquel momento la concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Carme San Miguel, no descartó extender su implantación a alguna otra zona conflictiva de la ciudad, en función de los resultados del ensayo. San Miguel destacó que estos dispositivos permiten controlar algunos puntos críticos e intervenir de una forma rápida en caso de emergencia.
Las propuestas que surjan para instalar nuevas cámaras deben ser aprobadas por la Comisión de Control de Dispositivos de Videovigilancia de Cataluña, una entidad representada por miembros de la judicatura y de las administraciones central, autonómica y municipal.
A las cámaras de videovigilancia en el Casc Antic se sumarán las destinadas a controlar a los conductores que se salten los semáforos en rojo en los cruces más críticos de la ciudad, en los que se registran más accidentes y de mayor gravedad. El Ayuntamiento estudió hace tiempo la instalación de videocámaras en estos puntos, pero la decisión se aplazó ante las dudas sobre la posible ilegalidad de la medida, lo que finalmente se ha descartado.
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