Gamesa vuelve a la normalidad tras decidir el comité suspender todas las movilizaciones

Gamesa Producciones Aeronáuticas vuelve hoy a la normalidad tras la decisión del comité de empresa de desconvocar todas las movilizaciones y huelgas de los martes y jueves. La decisión del comité pone fin a casi tres meses de conflictividad entre empresa y trabajadores, que se desencadenó con el anuncio de un plan de rescisión de contratos para 182 empleados. El lunes ambas partes se reunirán a las 11 horas para poner en marcha la comisión de seguimiento de la resolución de la Delegación de Trabajo y 'evitar que la empresa pueda tomar algún tipo de represalias contra los eventuales que se acojan a las bajas incentivadas', indicaron fuentes de la UGT.

Trabajo dejó abiertas dos vías para ejecutar el plan de rescisiones. O bien acogerse al resultado de la mediación del Gobierno vasco, que puso en marcha bajas incentivadas y recolocaciones en otras empresas, o bien irse seis meses al paro y, pasado ese plazo, volver al grupo Gamesa a trabajar, pero en cualquiera de sus empresas.

El comité se ha visto abocado a una reflexión sobre las movilizaciones al rechazar la plantilla iniciar una huelga indefinida. El pasado jueves la gran mayoría de los empleados decidieron en asamblea no adoptar esa medida de presión extrema, después de estar casi tres meses parando dos días a la semana y realizar constantes manifestaciones.

Desaceleración

Gamesa Producciones Aeronáuticas hizo públicas a mediados de octubre sus intenciones de despedir a 500 trabajadores. Aunque la cartera de pedidos ya se había resentido antes y se rebajó sensiblemente la producción de alas que fabrican para sus clientes, los atentados terroristas del 11 de setiembre contra EE UU hicieron saltar la alarma sobre una posible crisis más profunda. Por ello, el 22 de octubre la empresa presentó un plan de rescisión de 183 contratos en la planta alavesa de Miñano, de los que 118 eran fijos y el resto eventuales. La firma había anulado pocos días antes un importante contrato con la sueca Swearingen para fabricar partes de su prototipo SJ-30, un avión de negocios que los nórdicos todavía no han terminado de diseñar.

El conflicto subió enteros y los piquetes comenzaron a impedir que algunos trabajadores entraran a la planta. El enfrentamiento que llegó a su punto máximo en una asamblea celebrada en el pabellón de Mendizorrotza, en la que fueron abucheados e insultados los trabajadores contrarios a la huelga. La crisis coincidió además con el anuncio del grupo Gamesa de que en el tercer trimestre de 2001 había alcanzado unos beneficios netos de 39,8 millones de euros, 6.636 millones de pesetas. La mediación del consejero de Justicia y Empleo, Joseba Azkarraga, abrió la puerta a la vía que finalmente ha adoptado la Delegación de Trabajo.