Un vertido de mercurio en el Ebro contamina el agua de 40 municipios de Tarragona
La Generalitat abre expediente informativo a la empresa Ercros de Flix - Sanidad afirma que la concentración de metal no supone riesgo para la salud
Un vertido incontrolado de mercurio, que el pasado día de Navidad ocasionó la muerte de unos 4.000 peces en el río Ebro a la altura de Ascó (Ribera d'Ebre), ha contaminado durante varios días la red de suministro de agua potable que se distribuye a través del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT), el cual abastece los hogares de 350.000 personas de 40 municipios, entre ellos Tarragona, Reus y Salou. Ayer el CAT cortó el suministro a toda la red que recibe agua del minitrasvase del Ebro para limpiar los fangos de la planta depuradora de L'Ampolla, donde el jueves fue detectada la presencia de mercurio en niveles que doblaban el máximo tolerado. La fiscalía investiga el origen del vertido.
En los depósitos de L'Ampolla el agua potable alcanzó 2,3 microgramos de mercurio por litro
El Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat ha abierto un expediente informativo a la empresa Ercros, que tiene una planta química en Flix, muy cerca del lugar donde aparecieron los peces muertos. El límite máximo de mercurio para aguas potables fijado por la Administración es de un microgramo por litro. Sin embargo, el agua captada del Ebro mediante el minitrasvase transportaba a la salida de la planta potabilizadora de L'Ampolla hasta el doble del máximo permitido: entre 1,3 y 2,3 microgramos de mercurio por litro, según confirmó ayer el delegado del Gobierno catalán en las tierras del Ebro y a la vez presidente del CAT, Francesc Sancho.
Estos valores fueron observados en los análisis efectuados por el organismo en las instalaciones y los depósitos que la entidad tiene esparcidos en diferentes puntos de la provincia de Tarragona. El propio Sancho afirmó que la contaminación no se había detectado en el punto de entrada del agua en la planta, pero sí en la salida. 'Los fangos de depuración deben de haberlo retenido', señaló. El hecho de que el mercurio fuera detectado sólo en salida indica, según Sancho, que tras el vertido el peligroso metal se diluyó en el caudal del río y se acumuló en cambio en los filtros de la planta.
Según los cálculos de la Generalitat, tras el foco de contaminación detectado el pasado día 25 en la captación de la central nuclear de Ascó, que ocasionó la mortandad de peces, el mercurio tardó unos tres días en llegar hasta la planta del CAT en L'Ampolla, se acumuló de nuevo en ella y pudo haberse expandido por toda la red de distribución de agua potable en un solo día. Las conclusiones de los análisis efectuados por la Agencia Catalana del Agua (ACA) en el tramo de río afectado llevaron ayer a Medio Ambiente a abrir un expediente informativo a la compañía Ercros y a trasladar a la fiscalía de Tarragona todas las diligencias e informaciones relativas al caso.
Ercros, que dispone de una planta química en Flix donde el mercurio constituye un subproducto en el proceso de manipulación del cloro, negó nuevamente su implicación en los hechos y aseguró que en una investigación propia no se detectó ningún vertido procedente de la fábrica ni peces muertos en el entorno. A pesar de los resultados de los análisis, la tesis del vertido también fue descartada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). En declaraciones a la cadena SER, el jefe del área de calidad de aguas de la CHE atribuyó la muerte de los peces al contraste de temperaturas entre el agua fría de las últimas semanas y la del canal de la toma de refrigeración de Ascó. Esta teoría fue descartada de plano tanto por la Generalitat como por los grupos ecologistas.
El Ayuntamiento de Flix emitió ayer un decreto por el que reclama a la empresa, a la Generalitat y a la Confederación Hidrográfica del Ebro información fidedigna sobre los hechos.
Ante la preocupación por los posibles efectos del mercurio y el corte de suministro, la Generalitat se esforzó ayer por lanzar un mensaje tranquilizador a la población. 'No hay riesgo para la salud', insistió Sancho durante todo el día de ayer. 'Pero debemos garantizar la máxima calidad del agua y por eso se ha procedido a un lavado de la planta potabilizadora como medida preventiva', añadió. El propio delegado había dado, a las siete de la tarde del pasado jueves, la orden de cortar el suministro y limpiar los lodos de la depuradora. El CAT aconsejó a las empresas encargadas del suministro que diluyeran el agua procedente del Ebro con fuentes alternativas. A partir de las dos de la tarde de ayer, la planta volvió a funcionar de nuevo. El consorcio prevé que el suministro quede totalmente normalizado al mediodía de hoy. Pero durante el día de ayer en el municipio de L'Ametlla de Mar (Baix Ebre) no hubo otra alternativa que el corte de suministro: la población se abastece exclusivamente de agua del CAT tras la clausura de los viejos pozos de suministro. El alcalde de la población, Antoni Espuny (PSC), tomó la decisión ante la posibilidad de que los depósitos estuvieran contaminados por los caudales de agua de varios días atrás. De hecho, a media tarde confirmó que en los depósitos de agua potable se habían contabilizado 2,3 microgramos de mercurio por litro, según el resultado del análisis efectuado ayer mismo en Valencia por la compañía suministradora. En Tarragona, el alcalde, Joan Miquel Nadal (CiU), explicó que los servicios municipales habían detectado la presencia de mercurio hacía unos días, aunque no especificó el momento exacto. El alcalde aseguró que no había motivo de preocupación para la población dado que el agua procedente del Ebro se había mezclado con agua de pozos no contaminados, lo cual había permitido reducir la concentración de mercurio hasta alcanzar niveles permitidos. El alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez (PSC), explicó que el contacto con el Consorcio de Aguas de Tarragona se había producido el pasado jueves, momento en el que la ciudad decidió aprovisionarse de sus propias fuentes de agua, procedentes del embalse de Riudecanyes, de pozos y de minas. Pérez aseguró que la empresa de aguas de Reus realiza todos los días análisis bacteriológicos, pero no de búsqueda de metales pesados. Lluís Miquel Pérez aseguró que si el consistorio tiene indicios de que el aviso del episodio de contaminación se ha producido con retraso, procederá 'en consecuencia'. Los grupos ecologistas recordaron que el mercurio está considerado una sustancia muy tóxica, con efectos graves inmediatos y crónicos. El Grupo para el Estudio y Protección de los Ecosistemas del Campo (GEPEC) ha informado de que, en caso de intoxicación, el mercurio afecta al sistema nervioso central, ocasiona vértigo, alteraciones vasomotoras y de coordinación muscular, temblores e insensibilización de las extremidades. Por su parte, Ecologistas en Acción denunció 'una clara negligencia en la información del suceso', ya que la denuncia de la mortandad de peces en el río Ebro se produjo el pasado día 25 de diciembre. La organización ecologista se remitió al Programa Internacional de Seguridad Química de las Naciones Unidas, según el cual, el mercurio, en un ambiente líquido, se transforma en metil mercurio, uno de los seis peores contaminantes del planeta, que actúa como una potente neurotoxina que se acumula en los tejidos. Sanidad insistió ayer durante todo el día en que los niveles alcanzados estos días en el agua están lejos de los necesarios para producir una intoxicación.
Sin riesgo para la salud, según Sanidad
El delegado de Sanidad en Tarragona, Joan Carulla, explicó ayer que fue el pasado jueves por la mañana cuando la empresa de aguas de Tarragona (EMATSA), encargada de realizar los análisis para el Consorcio de Aguas de Tarragona, detectó una concentración de mercurio superior a la permitida por la normativa vigente. Ante los resultados, se ordenó la parada técnica de la planta del Consorcio de Aguas con el fin de proceder a su limpieza. Carulla agrega que los niveles de mercurio detectados, de entre 1 y 2,3 microgramos por litro, no suponen ningún riesgo para la salud, pese a que la legislación actual no permite más de 1 microgramo por litro. El delegado recordó que en otros países, como Estados Unidos, los niveles permitidos son más elevados y aseguró que para que el agua llegue a ser tóxica, debe alcanzar por lo menos una concentración de 5 miligramos por litro y hubiera requerido que una persona bebiera 30 litros de agua durante un periodo de tiempo muy elevado, de uno o dos meses. Carulla insistió en que en ningún caso ha existido riesgo para la población y que en el momento en que se detectó el problema se adoptó la decisión de parar la planta hasta resolverlo. A las dos de la tarde de ayer, la planta volvió a ponerse en funcionamiento.
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