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El 'mulá' Omar se atrinchera en Afganistán con 1.500 milicianos

El jefe de los servicios secretos talibanes muere en un bombardeo

Enric González

El Pentágono ha decidido estrechar el cerco en torno al mulá Omar, fundador y máximo dirigente del régimen talibán. Los servicios de espionaje estadounidenses creen que se oculta en la zona de Baghran, a 150 kilómetros de Kandahar, protegido por unos 1.500 milicianos. Una cantidad indeterminada de soldados de élite colabora con fuerzas afganas en la búsqueda de Omar, mientras el Gobierno provisional de Kabul trata de conseguir la rendición pacífica del mulá y de los talibanes que aún permanecen junto al líder del régimen depuesto.

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Personajes:: Mohamed Omar

El rostro de Omar es relativamente desconocido, ya que rechazaba ser fotografiado y existen de él muy pocas imágenes. Algunos rasgos, sin embargo, le hacen inconfundible: se trata de un hombre de elevada estatura al que le falta un ojo. El contralmirante John Stuflebeem, portavoz del Pentágono, trató ayer de restar importancia a la búsqueda y captura del mulá, y comentó que era solamente 'una más' de las operaciones en marcha en Afganistán. Fuentes afganas dijeron que 'miles de soldados' antitalibanes participaban en el cerco a Omar y que el gobierno de Kabul había dado un plazo de cinco días para la rendición incondicional.

El jefe de los servicios de inteligencia del gobierno provisional, Ají Gullalai, se encuentra en Kandahar y negocia con el entorno del mulá Omar una 'rendición pacífica' del dirigente derrocado y sus últimas tropas. 'Creo que podemos lograr el objetivo a través del diálogo', afirmó un portavoz de Gullalai. 'Se da por supuesto que, en caso de rendición, la custodia de esa persona debe quedar en manos de Estados Unidos', precisó el contralmirante Stufflebeem, quien recordó que Washington mantenía una recompensa de 10 millones de dólares (más de 11 millones de euros) por la captura de Omar.

Stufflebeem admitió la existencia de 'informaciones solventes' sobre la reciente muerte de otro alto cargo talibán, Qari Ahmadullah, que dirigía los servicios de inteligencia del régimen, pero matizó que el fallecimiento aún no estaba confirmado. Abdulá Tawheedi, miembro del espionaje del gobierno provisional, declaró ayer que Ahmadullah había muerto durante el fin de semana a consecuencia de un bombardeo estadounidense. El contralmirante Stufflebeem confirmó que la aviación había bombardeado en los últimos días dos edificios en los que 'se escondían miembros destacados del anterior régimen de Afganistán'. Qari Ahmadullah era temido por la crueldad de sus interrogatorios, durante los que torturaba a los detenidos con descargas eléctricas y latigazos.

La captura del mulá Omar puede estar próxima, y la de Osama Bin Laden, de quien se ha perdido la pista, lo parece mucho menos, aunque algunas fuentes afganas consideran que los dos hombres podrían permanecer juntos. El cerco marítimo no se relaja y la portavoz del Departamento de Defensa, Victoria Clarke, informó de que 'cientos de barcos' habían sido sometidos a registro en la zona para evitar la fuga de talibanes y miembros de Al Qaeda. EE UU tiene ya, en cualquier caso, 221 prisioneros de guerra, y muchos de ellos deberán ser sometidos a juicio, quizá ante un tribunal militar. Una de las preocupaciones del Pentágono consiste en recoger pruebas suficientes para que sean condenados. Ése era el objetivo de una operación lanzada ayer por dos centenares de marines sobre un complejo de 14 edificios en la provincia de Helmand. Los marines recogieron 'papeles, fotografías y otros materiales', dijo Stufflebeem con el fin de sustentar las acusaciones contra miembros de Al Qaeda y del régimen talibán.

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