Una veintena de oficinas de las cajas vascas y el BBVA abrirán el 1 para canjear pesetas por euros
Las entidades sólo permitirán realizar las operaciones de cambio a la nueva moneda
A las mismas puertas ya de la introducción del euro en la vida de todos los ciudadanos, el Banco de España quiere que la sensación de estar de viaje en un país extranjero y tener que cambiar moneda sea lo más corta posible. Aunque pasará tiempo hasta que la peseta caiga en el olvido (de vida útil apenas le quedan dos meses), las campañas de publicidad y los bancos quieren facilitar la situación. No existe obligación de abrir las oficinas bancarias el 1 de enero, pero sí una recomendación. Las principales entidades financieras vascas -las cuatro cajas de ahorros (BBK, Kutxa, Vital y Caja Laboral) y el BBVA- han previsto abrir ese día un total de 19 oficinas en Euskadi exclusivamente para cambiar pesetas por euros. Y reforzarán sus plantillas para abastecer de la nueva moneda a los cajeros automáticos.
Las principales entidades financieras vascas sólo operarán para atender cuestiones relacionadas con el euro. Nadie que se acerque a una sucursal abierta podrá ordenar una transferencia o cualquier otra actividad bancaria tradicional.
BBK, la primera entidad de Vizcaya, tendrá abiertas oficinas en Bilbao, Barakaldo, Basauri, Las Arenas, Gernika y el aeropuerto de Loiu. Kutxa, líder en Guipúzcoa, abrirá dos oficinas en San Sebastián. Caja Vital, la primera entidad de Álava, también abrirá dos oficinas en la calle Independencia y en la Avenida de Gasteiz. Caja Laboral abrirá una oficina en el centro cada una de las tres capitales (además de otras tres en Burgos, Logroño y pamplona). El BBVA, el primer banco vasco, tendrá a disposición del público dos sucursales en Bilbao, una en San Sebastián y otra más en Vitoria.
Estos esfuerzos de las cajas irán acompañados de un despliegue excepcional de personal, que será de 100 personas en Kutxa o 87 en el BBVA, no sólo para cubrir la atención en las sucursales, sino también para abastecer los cajeros automáticos que de forma paultina pasarán de suministrar pesetas a proporcionar euros con la última de las 12 campanadas.
En 24 horas, al menos dos de cada tres máquinas dispensarán billetes en la nueva moneda europea. Y, si se cumple el calendario previsto, todas estarán adaptadas a mediados de enero. Los cajeros son una de las claves de la introducción del euro en España: a través de ellos se consigue el 70% del dinero en efectivo.
Cajeros
Los cajeros, según el acuerdo que las entidades financieras tienen con el Banco de España, deberán comenzar a suministrar euros a partir de medianoche. Progresivamente se irán sutituyendo las pesetas por euros de forma que el 2 de enero a la una del mediodía el 85% de los billetes que se suministren sean de euros. El último tramo de sustitución es más lento y llega hasta el 100%. Las entidades vascas, sin embargo, quieren ser más rápidas. La BBK suministrará euros en 52 cajeros automáticos de su red a las doce de la noche y para el día 4 toda su red solamente dispensará la nueva moneda. Más aún, Caja Laboral anuncia que toda su red de cajeros (480) dispensarán euros desde las mismas cero horas del día 1.
Bancos y cajas recuerdan que, si un ciudadano no encuentra cajeros que dispensen euros en los primeros días, no debe preocuparse, porque las pesetas seguirán siendo de curso legal hasta el 28 de febrero. Y los que tengan un deseo irremediable de tocar los nuevos billetes en las primeras horas, deberán probar suerte en los cajeros más céntricos, donde existen más posibilidades de encontrarlos. Otra pista: algunas entidades que disponen de más de un cajero exterior en la misma oficina han elegido que unos den euros y otros pesetas. Los cajeros están considerados como una de las claves del éxito de la adopción del euro. Son los preferidos por los consumidores para conseguir dinero en metálico, en un país en el que apenas el 10% de las compras se paga con tarjeta de crédito o débito, pero que cuenta con una de las redes de cajeros más pobladas de la UE (45.000 unidades).
Ahora, muchos cajeros restringen a un tope de 50.000 pesetas la cantidad que se puede extraer. Con la nueva moneda, si se mantiene este máximo, la limitación será de 300 euros. En los demás países de la zona euro, el proceso de cambio a euros de los cajeros es similar al español.
Los retos para las primeras horas
Los hosteleros no quieren ni pensar lo que puede ser esta Nochevieja si a los ciudadanos les da por empezar a utilizar los euros. El pistoletazo de salida es el mismo para el nuevo año y para la nueva moneda. Así, la noche más loca se puede convertir en la más complicada. Todos los locales se van a reforzar con personal de emergencia. Aun así. pagar en euros una copa, más allá de los cotillones que llevan en la entrada el todo incluido, puede ser una tarea difícil. Así, la Caja Vital va a retrasar, pese a los consejos del Banco de España, la entrada en acción de los cajeros con euros. Han tenido una petición unánime del sector hostelero y se han mostrado solidarios. Para la primera entidad alavesa, el 1 de enero, en lo que a euros se refiere, no comienza hasta pasada la madrugada, hasta después de dormir. Se trata de aplicar la teoría de que buenos días sólo se puede decir después de dormir; mientras tanto se dice buenas noches. El cambio de día es solamente algo técnico. Pese a esta disposición alavesa, el resto de las entidades son menos rígidas. Dejan abierta la posibilidad de que los eufóricos toquen los euros a las doce en punto, pero mantienen en la mayoría de los casos aún funcionando las pesetas. El gran cambio se dará a lo largo del día 1, que es cuando ya los ciudadanos empezarán a darse cuenta de que el 'euro es fácil', como ha estado machacando Epi en los últimos 18 meses. Sencillamente seis euros son prácticamente 1.000 pesetas. Aun así, el primer día, como cuando se viaja al extranjero, la sensación básica será la de haber hecho mal. La única forma de evitarlo es con una mente privilegiada para las matemáticas o con la útil eurocalculadora. Los primeros días darán absoluta seguridad al ciudadano para hacer la conversión exacta, en especial las calculadoras de doble ventana que hacen el cambio inmediato de una moneda a otra. Esas eurocalculadoras están a la venta en la red de comercios a un precio en torno a las 700 pesetas y también las suministran las entidades financieras a sus clientes. Pero más allá de los cajeros todo aquel ciudadano que quiera adaptarse en el primer minuto, por mucho que complique la vida al contrario, tiene todo el derecho a realizar sus pagos en euros. Así el transporte público, los trenes, el metro y los autobuses de guardia se podrán ya pagar con los nuevos billetes y monedas.
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