Atutxa baraja sancionar a los diputados de PP y PSE tras su quinto plante en la Cámara

El Parlamento vasco vivió ayer su quinto no pleno presupuestario de este mes. Los partidos del tripartito (PNV, EA e Izquierda Unida), junto con una parlamentaria de Batasuna, no lograron de nuevo el quórum necesario para constituir el pleno e iniciar el debate de las enmiendas de devolución de los presupuestos de 2002. Pero los socialistas, los populares y los parlamentarios ausentes de Batasuna puede que se enfrenten a un revés. El presidente del Parlamento, Juan María Atutxa, está analizando entre sus opciones la posibilidad de aplicar el artículo 87.1 del Reglamento de la Cámara y dejar sin honorarios a los diputados por su inasistencia a los plenos. Atutxa ha convocado una nueva sesión para el próximo día 31, habilitado de forma extraordinaria para esta circunstancia.

El acuerdo de retirada del sueldo, dietas y otros beneficios parlamentarios a los diputados, como la inviolabilidad y la subvención que les corresponde como grupo, es una competencia de la Mesa de la Cámara, su órgano de gobierno.

La Mesa está formada actualmente por el presidente de la Cámara, el peneuvista Atutxa; el vicepresidente primero, Gorka Knörr, de Eusko Alkartasuna; el vicepresidente segundo, el popular Carmelo Barrio; el secretario primero, el socialista Manuel Huertas, y la secretaria segunda, Kontxi Bilbao, de IU. El tripartito suma por tanto mayoría en este órgano, con lo que podría, si se plantea la situación, privar a los parlamentarios de la oposición de algunos de los beneficios de su cargo. La retirada de retribuciones afectaría a los salarios que cobran los parlamentarios, 8,7 millones de pesetas brutas anuales más una dieta para cubrir gastos de locomoción, cuya cuantía difiere en función del lugar de residencia del parlamentario. Los alaveses cobran anualmente por este concepto un total de 459.000 pesetas, frente a 675.000 de los vizcaínos y 740.000 que perciben los parlamentarios guipuzcoanos.

Atutxa no parece por el momento querer forzar el quórum y recurrir a uno más reducido que el actual, respaldado por un dictamen del letrado mayor del Parlamento de 1983, según fuentes cercanas a la presidencia. Pero Josu Jon Imaz, portavoz del Gobierno vasco, dejó ayer una puerta abierta a esta posibilidad. 'Como Gobierno hemos hecho lo que teníamos que hacer. La pelota está en el tejado del Parlamento. Deberá ser la Mesa de la Cámara la que articule, si lo ve procedente, los mecanismos para que funcione la institución. Al Gobierno le gustaría que hubiera quórum', señaló.

Imaz volvió a enfatizar que la oposición debe explicar los motivos que le llevan a boicotear el Parlamento y a actuar populares, socialistas e independentistas unidos de la mano. Más lejos fue el portavoz nacionalista, Joseba Egibar, quien dijo que toda la oposición actúa así por su 'sed de venganza' contra el electorado por haber dado el triunfo a PNV-EA en las autonómicas de mayo.

La respuesta de socialistas y populares fue similar a la de los últimos días, con un llamamiento a respetar las reglas del juego. Ambos grupos siguen reclamando que Atutxa cambie su interpretación del Reglamento, contraria a los usos y costumbres tradicionales de la Cámara, y permita que las tres enmiendas de devolución a los presupuestos se voten de forma conjunta. Tanto unos como otros consideran que la decisión de Atutxa fue una 'cacicada', a la que responden con un derecho democrático: su ausencia de las sesiones.

Rodolfo Ares, el portavoz parlamentario socialista, no cambió ayer prácticamente ni una coma de su discurso de días pasados. La dimisión de Nicolás Redondo Terreros como secretario general del PSE y la llegada de la gestora presidida por Ramón Jáuregui no ha alterado sus posiciones. Ares emplazó nuevamente al Gobierno a retirar el proyecto presupuestario porque 'se ha puesto de manifiesto que está en minoría' y a iniciar una 'negociación seria' con el PSE.

El presidente del grupo popular, Jaime Mayor Oreja, explicó que su formación mantendrá la postura de no facilitar el quórum el próximo día 31, y, por lo tanto, sólo entrarán en el salón de plenos si es otra formación de la oposición la que posibilita el inicio de la sesión.

Atutxa justificó su nueva y sexta convocatoria para el día 31 en que el pueblo vaso 'pide y reclama' que se constituya el pleno y por ello resulta necesario aprovechar todos los días hábiles. Todo indica que, salvo una sorpresa ahora mismo impensable, el intento de Nochevieja se saldará con un nuevo aplazamiento y que la crisis institucional se trasladará al año 2002. Y es que el lehendakari y su equipo tienen la firme intención de no retirar el proyecto de presupuestos y mantener su tramitación en la Cámara. En cualquier caso, la prórroga de las cuentas actuales ya es inevitable.