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El Gobierno crea un registro para detectar el maltrato infantil en colegios y hospitales

Los profesionales dispondrán de formularios que enviarán a ayuntamientos y comunidades

El Ministerio de Asuntos Sociales ha llegado a un acuerdo con las comunidades autónomas para establecer un sistema común de detección del maltrato infantil en colegios y hospitales. Los objetivos son crear un registro nacional y averiguar el mayor nímero de casos posible. En la actualidad, el maltrato infantil sólo sale a la luz cuando se convierte en delito, la única vía para detectarlo es la sanitaria y los casos que se descubren suelen ser de maltrato físico. Sin embargo, entre sus manifestaciones están también la negligencia, el maltrato emocional y el abuso sexual. Colegios y hospitales dispondrán impresos similares que remitirán a los servicios sociales de ayuntamientos y comunidades para que decidan la conveniencia de intervenir.

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El inicio de la aplicación de este acuerdo será decidido por cada comunidad autónoma, pero puede producirse ya a partir de 2002. Los datos de los que disponen actualmente las comunidades autónomas de casos de maltrato infantil proceden de una única vía, la sanitaria, y están circunscritos fundamentalmente al maltrato físico, lo que convierte las cifras en meras estimaciones.

Habitualmente, sólo se conocen los hechos extremos. Se sabe, por ejemplo, que alrededor de un centenar de niños muere al año por este delito. Pero el maltrato emocional, la negligencia y el abuso sexual quedan a menudo encubiertos, lo que hace pensar, según los expertos, que por cada caso que sale a la luz hay otros siete que permanecen opacos. A esos sucesos habría que añadir un número indeterminado de daños leves o de maltrato ocasional que pueden convivir con una apariencia de normalidad familiar.

Los especialistas se mueven entre cifras que no pueden ser más distantes: barajan que los casos en España oscilan entre los 15.000 y los 70.000. No existen estadísticas globales y los datos disponibles están dispersos.

Negligencia

Hasta ahora, los datos facilitados por los Servicios de Protección de Menores constituyen la única radiografía de carácter nacional: en 1995 se registraron 32.488 expedientes, de los que fueron confirmados 8.575 casos. Cataluña y Valencia cuentan con estudios más recientes y en ellos se percibe que el maltrato físico -el más frecuente después de la negligencia- tiende a bajar, al tiempo que se intensifica la sensibilidad ante el abuso sexual.

Con el acuerdo entre Asuntos Sociales y las comunidades autónomas se pretende medir el alcance de una forma más realista de este problema social. En un principio, el registro no tendrá consecuencias judiciales, ya que se trata de buscar estrategias para resolver los casos, a no ser que la agresión sea grave y constituya delito. Serán los servicios sociales los que intervengan cuando lo consideren necesario.

Un grupo de expertos del Observatorio de la Infancia, organismo coordinado por Asuntos Sociales, ha elaborado los formularios que se pondrán a disposición de centros sanitarios, colegios, servicios sociales y policía, para que cuando detecten un daño o una conducta negligente, los rellenen con el mismo esquema.

'En el ámbito sanitario de la Comunidad de Madrid llevamos tres años registrando los casos con control estadístico', afirma José A. Díaz Huertas, médico experto en maltrato que forma parte del Instituto del Menor y, junto a otros representantes de las comunidades autónomas y la Federación de Municipios, del Observatorio de la Infancia.

A partir de la puesta en marcha del nuevo programa, cada profesional implicado (el educador o el médico, por lo general) contará en su centro de trabajo con un formulario tipo, dividido en cuatro apartados: maltrato físico, negligencia, maltrato emocional y abuso sexual. Aunque con frecuencia, el niño maltratado ha sufrido varias modalidades de agresión al mismo tiempo.

Cada apartado lleva una serie de supuestos que el profesional debe señalar si observa algún caso susceptible de ser comunicado: magulladuras, fracturas óseas, quemaduras, lesiones viscerales, intoxicaciones forzadas o síndrome del niño zarandeado (el pequeño presenta hemorragias retinianas e intracraneales sin fracturas) en el caso del maltrato físico detectado por parte del médico, o menos específico si es el profesor el que detecta la anomalía -señales repetidas de heridas, golpes, quemaduras, etcétera-.

El formulario permite distinguir si se trata de una sospecha o una detección de maltrato y se trata de impresos con tres copias: la primera permanerá en el centro desde el que se notifica el caso, la segunda se enviará a los servicios sociales del municipio, y la tercera a la Consejería de Bienestar Social o al organismo responsable de la protección del Menor de cada comunidad. Esta última hoja tiene una finalidad epidemiológica y estadística: una vez que las comunidades vuelquen sus datos, el ministerio dispondrá de las cifras de toda España.

En el impreso aparecerá el nombre del niño y la identidad de la persona que notifica el caso. 'Pero a menudo será el equipo escolar y no el profesor el que valore si hay maltrato. No se trata, por ejemplo, de rellenar las hojas ante los primeros signos de negligencia: absentismo, descuido en la higiene, abandono. Antes hay que observar', adviete Díaz Huertas.

Esclavas sexuales de mano en mano

Europa está decidida a combatir toda forma de abuso y violencia sexual contra los niños. Los 43 miembros del Consejo de Europa han suscrito una declaración para hacer suyos los principios adoptados en el 2º Congreso contra la explotación sexual comercial infantil que finalizó el día 20 en Yokohama (Japón).

Entre los principios acordados resalta el propósito de perseguir internacionalmente toda forma de explotación sexual infantil, reforzando el principio de extraterritorialidad y el compromiso de luchar contra la pobreza e impulsar la educación y la salud de los niños. El acuerdo obligará a los firmantes a homologar sus leyes con los valores enunciados.

Organizaciones como Epact, dirigida a acabar contra el tráfico y la prostitución de menores y la Organización Mundial de Turismo, van más lejos y piden que las compañías aéreas y las agencias de viajes sean beligerantes. Y algunas ya lo están haciendo: una adolescente acobardada y sombría acompañaba a un hombre de negocios saudí en un vuelo internacional. Un miembro de la tripulación se dio cuenta de que era una menor comprada a una mafia sexual, comunicó por radio el hecho a las autoridades y expuso a los pasajeros lo que sucedía. Al aterrizar, el comprador fue detenido, la niña rescatada.

Yokohama respalda inciativas como ésta para acabar con el negocio del sexo infantil. Un comercio floreciente en el sur asiático y tolerado en Centroamérica.

Unicef París acaba de presentar un informe en el que denuncia el tráfico de menores con fines sexuales. Bajo el título, A quién beneficia el delito, relata el calvario de unas adolescentes nigerianas vendidas entre diez y doce veces a lo largo de un infame viaje desde su país a Italia.

La historia la ha aportado un sacerdote de Nápoles que ha conocido el itinerario de estas esclavas del sexo instaladas en Italia con falsos papeles. Unicef se pregunta por qué tantas extranjeras jóvenes se prostituyen en Europa.

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