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AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA
Columna
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Achique de espacios: de Menotti a Bilardo

Joaquín Estefanía

EL ACHIQUE DE ESPACIOS es una táctica futbolística consistente en dejar al adversario con el menor campo posible. Dejarle sin rendijas para que no maniobre y disfrute del uso del balón. Esta táctica está siendo traspasada al terreno de la política en España. El equipo que la practica, el Gobierno del Partido Popular, juega en casa y dispone del jugador número 12: el sector mediático público y el privado gubernamental. El conjunto es asfixiante, y los gritos, atronadores.

Desde hace algún tiempo, y con renovadas fuerzas, ministros y dirigentes del PP intentan ahogar a la oposición con sus ataques en batería para que no disponga de una política autónoma. Y a la sociedad civil, para que tenga en cuenta en cada caso y en cada decisión quién manda. Nada que ver con la filosofía liberal profunda de la que se reclaman. Quien no se somete pasa de la categoría de oponente o adversario a la de enemigo. En este contexto se reducen los ámbitos de libertad de los que nos hemos dotado los ciudadanos desde hace casi 25 años. ¿En esto consiste la segunda transición?

Quien no participa de los criterios del poder político pasa de la categoría de adversario a la de enemigo. Ello vale para políticos, banqueros, empresarios, jueces o periodistas. Hay un intento de ocupación de la sociedad civil

Esta semana se ha adelantado el relevo en la cúpula del BBVA, uno de los dos grandes bancos de matriz española. Ha salido de la presidencia Emilio Ybarra, un bancario puro, cuya trayectoria profesional y familiar ha estado siempre vinculada al antiguo Banco de Bilbao y que ha protagonizado con brillantez las sucesivas fusiones de aquella entidad hasta llegar al actual BBVA. Y se ha quedado como presidente Francisco González, un hombre hecho rico en la Bolsa, nombrado banquero (presidente de Argentaria, entidad de capital público hace pocos años privatizada), por el Gobierno de Aznar. Independientemente de los valores profesionales de González, que los tiene, el resultado es que uno de los miembros del círculo empresarial más cercano al PP manda ahora en el BBVA. El presidente de la entidad más pequeña se ha quedado al frente del gran banco fusionado.

¿Qué pensará de ello, por ejemplo, Emilio Botín, presidente del otro gran banco, el SCH, un hombre no precisamente de izquierdas, pero sí independiente del poder político? Al principio de la transición, Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, escribió un artículo en el que hacía una analogía entre los banqueros y los indios enviados a la reserva. Ahora, actualizado, ese artículo tendría una lectura todavía más nítida. El BBVA se añade a la lista de multinacionales españolas al frente de las cuales están empresarios nombrados por el poder político: Endesa, Repsol, Telefónica, etcétera. Con este precedente, last but not least, ¿con qué tipo de argumentos puede el PP protestar por la politización del proceso electoral de las cajas sevillanas, en las que se han quedado aisladas sus posiciones?

Esta ocupación de las decisiones no sólo ocurre en la economía. Todavía está fresco el caso de Clemente Auger, hasta ayer presidente de la Audiencia Nacional, finísimo penalista que había pedido su adscripción a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y al que se le ha negado, según ha explicado el magistrado Perfecto Andrés Ibañez citando un periódico muy cercano a la derecha española, porque 'con su presencia en esa sala se vería reforzado un determinado sector de la misma, en perjuicio de cierta correlación de fuerzas que al partido hoy hegemónico en el actual Consejo [el PP] le interesa preservar'.

Las acusaciones a los socialistas de deslealtad y de alejamiento del patriotismo constitucional, por el viaje a Marruecos de Zapatero o por las tesis federalistas y de reforma del Senado, constituyen otras manifestaciones de ese achique de espacios políticos. Pero no de la manera elegante con que enseñó la táctica su filósofo futbolístico, el gran César Luis Menotti, sino como lo practicó su epígono Carlos Bilardo, partidario de las patadas y del fútbol fuerza. Claro que los dos fueron campeones del mundo....

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