Madrid, contra el alemán

Siempre que en Bruselas se discute sobre los derechos, consolidados desde hace tiempo, del alemán como una de las tres principales lenguas de trabajo de la Unión Europea, los defensores de este idioma utilizado por un número especialmente grande de personas -sus buenos 90 millones- dentro de la UE tropiezan con un adversario tan duro como cerril: España, precisamente el país cuya rápida integración defendieron en su momento sobre todo los alemanes. (...)

Ya el anterior jefe de Gobierno, Felipe González, un destacado político filoalemán, consideraba que el español tenía que tener siempre y en todas partes los mismos derechos que el alemán, puesto que el español era un idioma mundial. En cualquier caso, González reconocía la diferencia entre Europa y el mundo entero. (...) En Europa, sin embargo, el español es el quinto idioma por número de hablantes, tras el alemán, francés, inglés e italiano. (...)

Fiel a su compromiso con el nacionalismo español, el Gobierno conservador de Aznar se entrega con mayor dureza aún que su predecesor al combate contra la lengua alemana. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, se hizo homenajear como un héroe en Madrid por políticos y periodistas tan ignorantes como chovinistas después de que en Bruselas hubiera defendido una vez más que en todos los lugares donde se utilizaba el alemán también debía admitirse el español, pero que, como no se pueden utilizar todos los idiomas de la Unión Europea en igualdad de derechos, lo mejor era prescindir del alemán.

Walter Haubrich

Francfort, 19 de diciembre