1.000 toneladas de sal en 12 horas
Los ayuntamientos se resisten a utilizar sal por la erosión del asfalto
Las bajas temperaturas que se registraron en la Cataluña central (10 grados bajo cero en Manresa) provocaron un nuevo problema tras la gran nevada: el hielo. Los municipios y los responsables de carreteras que fueron previsores y pudieron actuaron el mismo día de la nevada echando toneladas de sal gema en calles y carreteras y evitaron los problemas. Los que no, ayer debieron luchar contra el hielo.
El temor a la erosión que causa la sal en el asfalto es uno de los motivos por los que los ayuntamientos retrasan esta solución, que es por otra parte la que en estos momentos se utiliza con mayor frecuencia en el norte de Europa y países como Alemania y Francia, y en poblaciones como Puigcerdà (Cerdanya) y Sallent (Bages), donde ayer la situación era de casi normalidad.
La sal es la solución ante las bajas temperaturas porque aumenta la densidad del agua y el punto de congelación es más alto. De la mezcla de potasa y sal resulta una salmuera que difícilmente se congela y que se puede limpiar con relativa facilidad con lo que también se evita el problema de erosión del asfalto. La sal es la opción más efectiva y más barata, ya que el precio aproximado es de 2.000 pesetas por tonelada. En una ciudad de algo más de 60.000 habitantes como es Manresa, ayer se repartieron 300 toneladas de sal. Las poblaciones con problemas de hielo, sobre todo las más próximas, hicieron cola desde primera hora de la mañana en Súria y Cardona (Bages), cuyas minas son las únicas de Cataluña que producen esta sal para las carreteras. La otra planta de España que fabrica este producto se encuentra en Zaragoza.
La afluencia de camiones en busca de sal fue ayer extraordinaria. En Cardona se cargaron más de 1.000 toneladas en 12 horas, cuando en todo el invierno se pueden llegar a vender 30.000 toneladas. Ricardo Domingo, director de la explotación Minas de Cardona, explicó que no habrá ningún problema de falta de material para limpiar cuantas calles y carreteras sea necesario. Y también lamentó que no se fuera más previsor, ya que el efecto de la sal sobre el hielo es menor que sobre la nieve. Domingo relativiza el problema de la erosión del asfalto. El deterioro es de muy poca consideración si se utiliza como precaución, antes de que la nieve se hiele. 'Se debe echar cuando está nevando', asegura, si bien admite que causa más corrosión en los vehículos, aunque las nuevas generaciones de automóviles tienen un tratamiento más efectivo para evitarlo.
La previsión, a veces, tampoco es suficiente, ya que pocos días antes de la nevada del pasado viernes y sábado, la empresa que se ocupa del mantenimiento de la N-II hizo acopio de 300 toneladas de sal, pero el colapso impidió que se realizase la operación de esparcirla por la nieve. Los principales consumidores de sal para deshielo son las poblaciones de montaña y las empresas que hacen el mantenimiento de carreteras de la zona norte de Cataluña, y también se destina a la exportación. En Cardona se producen anualmente 100.000 toneladas de sal.
Barcelona hizo aprovisionamiento de sal a principios de noviembre y cuenta con 25 camiones que desde el inicio del temporal han esparcido 120 toneladas de sal mezclada con sedimentos. En la parte alta de la ciudad, Vallvidrera y el Tibidabo, entre otros puntos, se dispone de 38 pequeños depósitos de sal para hacer frente a determinadas situaciones, como calles pequeñas o salidas de colegios.
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