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El gasto farmacéutico crecerá un 6% este año, la subida más pequeña de la última década

El aumento en el consumo de medicamentos genéricos permitirá un ahorro de 500 millones

El gasto farmacéutico en el País Vasco subirá este año alrededor de un 6% respecto a 2000 y se situará en torno a los 60.000 millones de pesetas, según las previsiones del Departamento de Sanidad. Será, de confirmarse, la subida más pequeña de la última década. Las medidas adoptadas por el Gobierno vasco para contener el gasto, unidas a las disposiciones del Ministerio de Sanidad para racionalizar el uso de los medicamentos han posibilitado este moderado incremento, que sitúa a Euskadi entre las comunidades españolas donde menos ha crecido la factura farmacéutica.

El crecimiento, año tras año, del gasto público en medicinas es imparable debido a varias circunstancias, como el envejecimiento de la población (los ancianos son los que más fármacos utilizan), el aumento de la esperanza de vida y la presión de la industria farmacéutica por introducir sus nuevos productos, que siempre resultan más caros de los que ya hay en el mercado y a veces contienen escasas innovaciones terapéuticas. El consumo también va ligado a factores que no pueden ser controlados por los responsables sanitarios, como puede ser una epidemia de gripe imprevista que obligue a expedir más recetas para adquirir medicamentos.

El director de Farmacia del Departamento de Sanidad, Gonzalo Trincado, reconoce que la aspiración de la Administración vasca se centra en que la subida del gasto no se dispare y sea asumible. 'Históricamente hemos arrastrado crecimientos anuales del 10%, 12% y hasta del 14%. La subida de este año va ser la menor de los últimos diez años. La política del departamento de apostar por medidas estructurales de contención empieza a dar sus frutos, al igual que las medidas puestas en marcha por el Gobierno central', señala.

Año tras año, aumenta el número de recetas de pensionistas (gratuitas para los beneficiarios) frente a la disminución de recetas de trabajadores activos, que son los que tienen que pagar una parte del coste de las medicinas. La consecuencia de este fenómeno es va descendiendo la aportación del usuario a la financiación del gasto farmaceútico, mientras aumenta la del Gobierno.

El director de Farmacia cree que la mejor medida de racionalización del gasto es fomentar entre la población la idea de que las medicinas no son un bien de consumo, sino tecnología sanitaria que debe ser tratadas con respeto. 'Aunque el medicamento es gratuito para el paciente jubilado, la población tiene que darse cuenta de que al final lo acaba pagando el Gobierno y éste se nutre de los impuestos que se recaudan de los ciudadanos. Así que, indirectamente, el ciudadano está pagando los medicamentos'.

Aumentan los genéricos

Entre las medidas que el departamento ha potenciado para contener el gasto destaca la promoción del consumo de genéricos. Se trata de medicamentos sin marca que, en lugar de tener una denominación comercial, lleva por nombre el del principio activo -por ejemplo amoxicilina (una especie de penicilina)-, acompañado de las siglas EFG (Especialidad Farmacéutica Genérica) y del laboratorio fabricante. Como señala Trincado, 'son medicamentos con las mismas características que los que se venden bajo nombre comercial' y tienen la misma eficacia, calidad y seguridad que éstos, aunque se vendan a un precio menor. Resultan más baratos porque están fabricados una vez que ha concluido la patente del fármaco original, que dura diez años. De esta forma, los laboratorios no tienen que soportar los gastos de investigación.

El consumo de généricos en Euskadi ha pasado del 1,8% del total de medicamentos el año pasado al 3,6%, lo que, de momento, ha supuesto un ahorro al departamento de 500 millones de pesetas en lo que va de año. 'Lo importante es que aún hay campo de maniobra. Por ejemplo, en Alemania el consumo de genéricos es del 30%, indica Trincado.

La incorporación de farmacéuticos y la creación de comisiones de farmacia en los servicios de atención primaria ha contribuido a concienciar a los propios médicos de la importancia de contener el gasto. Las campañas sobre el uso racional de los antibióticos (los farmacéuticos deben exigir la receta médica a los ciudadanos que los demanden) y la publicación de guías farmacoterapéuticas para que los médicos puedan ajustar sus prescripciones completan la batería de medidas utilizadas por Sanidad en los últimos años para reducir gastos.

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