Navarra se adelanta a la UE al incorporar dos técnicas de alta seguridad para transfusiones
El nuevo Plan de Hemoterapia pretende mantener el liderazgo en la donación de sangre
Navarra se ha adelantado al debate abierto en el seno de la Unión Europea y ha decidido implantar en los procesos de donación dos nuevas técnicas de análisis de sangre y derivados que incrementan extraordinariamente la seguridad para donantes y receptores de productos sanguíneos. La aplicación de ambas técnicas se contempla en el nuevo Plan de Hemoterapia de Navarra, aprobado esta semana por el Ejecutivo foral. Su incorporación supone un gran esfuerzo económico para el Banco de Sangre de Navarra, cifrado en, al menos, 150 millones de pesetas anuales.
El Plan de Hemoterapia arranca con dos objetivos básicos: mantener la actual autosuficiencia en sangre y derivados -Navarra está a la cabeza de España en cuanto a índices de donación- y obtener la máxima garantía de seguridad para donantes y receptores. El consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Santiago Cervera, indicó durante la presentación del plan que el Banco de Sangre de Navarra, al que se otorga categoría de centro autonómico de hemodonación, implantará dos nuevas técnicas que ofrecen las mayores garantías a los donantes en activo (25.233 personas), así como a los receptores de sangre y derivados.
Las técnicas de la amplificación de ácidos nucleicos en pooles de plasma (NAT) y el sistema de leucorreducción o filtración universal sólo se aplicaban hasta la fecha de modo selectivo en los centros hospitalarios. La amplificación de ácidos nucleicos permite una detección precoz de enfermedades virales mientras que la técnica de filtración aporta una sangre más purificada, necesaria para unos determinados pacientes. Antonio Medarde, director del Banco de Sangre de Navarra, recuerda que las instituciones europeas debaten la incorporación sistematizada de ambas técnicas a los protocolos de donación.
Consentimiento informado
La seguridad, al igual que la gestión administrativa y médica de estos productos sanguíneos, también mejorará gracias a la implantación de un sistema de información centralizada que registre todos los datos acerca de cada una de las donaciones realizadas, desde la donación hasta la distribución. El Plan de Hemoterapia de Navarra va más lejos e incorpora un documento único de consentimiento informado para todos los centros navarros que trabajen con transfusiones. Además se establece un sistema de hemovigilancia que permite estudiar todos los efectos adversos producidos en los receptores de sangre u sus derivados. El plan hace referencia a la necesidad de aprobar una norma que obligue a los centros y depósitos de sangre a acreditarse ante el Comité de Acreditación de Transfusión Sanguínea, a someterse a inspecciones periódicas y a poner en marcha políticas de gestión de calidad.
Desde el inicio de los noventa el nivel de donantes en Navarra se ha incrementado notablemente, pero no así los porcentajes de donaciones por mil habitantes o el cómputo total de donaciones ordinarias, que se ha reducido ligeramente. Así, se pasó de 21.724 donantes en activo en 1989 a 28.364 en 1999, con índices del 64,9 donantes por mil habitantes al comienzo de la década y del 62,9 al acabar el siglo. No obstante, el envejecimiento de la población -en octubre de 2001, sólo el 25% de los donantes eran menores de 30 años- ha hecho decrecer el número de donaciones: 33.292 en 1990; 27.972 en 1999, y 27.189 en 2001.
Donantes jóvenes y sanos
¿Cómo reactivar el proceso? De momento, el Ejecutivo foral ha decidido crear una estructura orgánica única reforzando el papel del Bando de Sangre de Navarra como centro referente y gestor del plan para toda la Comunidad. Será el encargado de asegurar el recambio generacional de donantes a través de acciones educativas, informativas y publicitarias, con el objetivo de que Navarra siga siendo autosuficiente en sangre y derivados. De hecho, cada año la Comunidad foral exporta entre el 10% y el 15% de sus productos sanguíneos. Ahora se buscan donantes jóvenes y sanos así como reducir en lo posible el número de bajas de los actuales.
Pero ello no basta, hay que optimizar el uso de esa sangre y derivados donados de manera altruista. En los centros hospitalarios navarros no existe un consenso suficiente sobre el empleo de productos sanguíneos, y otras vías alternativas a la transfusión, como la autotransfusión, apenas son aprovechadas. Esa será, por tanto, la segunda ocupación del Banco de Sangre, en colaboración con los comités hospitalarios de transfusión. Los responsables del banco aseguran que la incorporación de las nuevas técnicas y sistemas de control en la donación está consiguiendo que el nivel de riesgo se acerque a la cota cero, la de la seguridad total.
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