Política industrial descentralizada

Las casi dos décadas de creación y desarrollo de esquemas autonómicos de política industrial han generado un entramado de instituciones que son objeto del interesante y bien estructurado trabajo de los profesores de Economía Aplicada de la Universidad del País Vasco, Beatriz Plaza y Roberto Velasco. La obra está dividida en dos bloques: en el primero se identifican y analizan los instrumentos definidores de la política industrial, y en el segundo se exponen los rasgos de los sistemas más avanzados de promoción industrial de las comunidades.

Como señala su introducción, el sistema de apoyo a la empresa multiplica sus bondades cuanto más próximo se encuentra a ella, por cuanto mayor es su adaptación y orientación a sus necesidades. Un hecho cada vez más relevante en un escenario de liberalización de mercados, globalización, revolución tecnológica y cambio de la jerarquía sectorial, donde el territorio, en palabras de los autores, juega un papel determinante y debe ser capitalizado tanto en términos de infraestructuras físicas y tecnológicas, como de dinámica de la interacción social y del capital humano.

La descripción de los elementos empleados para capitalizar el entorno territorial se expone de forma precisa por ámbitos de acción. Para cada uno se presentan los instrumentos y el esquema institucional definido para su aplicación. Una línea de trabajo histórica de la política industrial, pero no por ello cada vez menos compleja de articular y de menor importancia, es la base física de la promoción, entendida como la definición de suelo para actividades económicas ordenada en polígonos industriales, centros logísticos, pabellones y viveros industriales. A ella, como otra política de corte horizontal, se suman los instrumentos de apoyo a la financiación dirigidos a superar las dificultades tanto de acceso como de coste a las que se enfrentan, en especial, las pymes, la asistencia en el proceso de salida a los mercados externos, y la promoción de esquemas cooperativos entre sector público y privado en la instrumentalización de la política industrial.

En una posición central como instrumento de fomento de la competitividad y, a largo plazo, del crecimiento, el esfuerzo público se ha dirigido a definir una política tecnológica y de innovación. El desarrollo de un sistema de innovación impulsado por la Administración Central y las comunidades tiene, sin duda, vasos comunicantes con otro de los recientes pilares de la política industrial dirigido a la extensión del uso de las tecnologías de la información en la industria.

En la segunda parte del libro se presentan los rasgos identificadores de los principales sistemas regionales de promoción en el periodo 1980-2000: Cataluña, Madrid, Valencia, País Vasco, Andalucía, Galicia, Asturias y Murcia. En todas ellas, el apoyo se articula a través de la figura de la Agencia de Desarrollo Regional, las cuales son mostradas como protagonistas del diseño y gestión de los programas, cuyas actividades están vinculadas al desarrollo del potencial endógeno de su territorio.

El libro expone la evolución y estado de situación de la política industrial. Del mismo se desprende el camino avanzado, pero también los retos a los que se enfrenta y que deben seguir impulsando un apoyo próximo a la empresa industrial, aún lejos en algunos factores de competitividad de la empresa europea.