'La crisis argentina es un peligro para América y el mundo'
El economista cree que no es momento para discutir sobre devaluación del peso o dolarización
Los argentinos temen a las cuatro D: depósitos congelados, devaluación, dolarización y default (suspensión de pagos de la deuda externa). La primera D ya se convirtió en decreto del Gobierno de Fernando de la Rúa. Sus compatriotas buscan desesperadamente cambiar sus pesos por moneda norteamericana, lo que en los hechos dolariza aún más la economía y ha depreciado el peso en el mercado paralelo hasta un 40% en el ecuador de esta semana. Sólo falta el default.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el uruguayo Enrique Iglesias, admite que una suspensión de pagos de la deuda pública argentina (132.000 millones de dólares) puede generar el 'shock más grande de la historia del capitalismo', si se tiene en cuenta el contexto de recesión mundial y que su pasivo externo es el mayor de los países emergentes. Sería un default cuatro veces más grande que el de Rusia en 1998. Iglesias formuló el comentario en Viena en las reuniones del Círculo de Montevideo, el grupo de políticos, economistas e intelectuales que fundó el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti y del que participa, entre otros, el ex jefe del Gobierno Felipe González y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
'La receta a seguir por Argentina es terminar de reestructurar la deuda nacional con los inversores extranjeros'
'El Gobierno de Buenos Aires está ensayando un esquema de ajuste económico. De producirse con éxito, Argentina saldrá de la crisis'
'Frente a las crisis profundas, se agranda la necesidad de acuerdos políticos. Estos consensos enviarían señales para mejorar la confianza'
Pregunta. ¿Qué consecuencias generaría que Argentina impague su deuda?
Respuesta. La crisis argentina es un peligro para América Latina y para el mundo, pero estamos apostando que Argentina tendrá fuerzas suficientes para salir de su problema actual.
P. ¿Argentina debe devaluar o dolarizar?
R. En estos momentos, esas opciones no están en la mesa del Gobierno. Creo que el Ejecutivo hace muy bien en intentar las soluciones que permitan las actuales políticas. Hay un programa en marcha y hay que hacer todo lo posible para que funcione. Depende del Gobierno, de los actores sociales y de la cooperación internacional.
P. ¿Cómo evalúa la congelación parcial de los depósitos bancarios?
R. No son políticas, sino reacciones de emergencia frente a una coyuntura peligrosa de inestabilidad. Así deben ser juzgadas. Es una respuesta forzada por las circunstancias de fuga de depósitos. No es lo deseable ni son fáciles para nadie, pero es lo que correspondía hacer para defender la estabilidad del sistema financiero y de las reservas internacionales. Hay que esperar que esto se normalice y, como aspira el Gobierno, que las medidas sean levantadas en tres meses.
P. ¿Por qué Argentina ha llegado a esta situación?
R. Argentina está poniendo en marcha un esquema que opaca las cosas que el país está haciendo bien. El acuerdo para reducir el gasto de las provincias, que parecía difícil de alcanzar, pero finalmente fue exitoso. El ajuste fiscal para lograr el déficit cero, que todavía no lo alcanzaron pero es un objetivo prioritario. El mantenimiento de la convertibilidad . El proyecto de presupuesto equilibrado para el año próximo. Por último, Argentina acaba de hacer una reestructuración de casi el 50% de su deuda pública (132.000 millones de dólares), que no es poca cosa. Pero todos estos logros quedaron perdidos.
P. ¿Por qué aumentó la inestabilidad cuando el país cerraba con éxito el canje de deuda con los inversores locales?
R. Falta de confianza.
P. Argentina aduce que sufre un ataque especulativo...
R. En estas circunstancias de inestabilidad, siempre hay lugar para ataques especulativos.
P. Para cumplir con sus obligaciones inmediatas, Argentina necesita que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le entregue un crédito de 1.260 millones de dólares, que forma parte del rescate multilateral por 39.700 millones que fue aprobado en enero pasado. ¿Los recibirá?
R. Eso depende de las relaciones con el FMI, pero yo espero que finalicen en buen término.
P. ¿El ajuste fiscal y la reestructuración de la deuda resultarán suficientes para que Argentina vuelva a crecer después de tres años y medio de recesión?
R. Argentina está poniendo en marcha un programa que debe ser apoyado por los organismos multilaterales. Los fondos del Banco Mundial y del BID, en la medida en que no fueron reclamados por el Gobierno para la renegociación de la deuda, deberían orientarse a fortalecer la política económica. Estamos listos para trabajar en medidas de estímulo para fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, que son las que más sienten la falta de crédito. Pero en este momento, el Gobierno está concentrado en los problemas de la deuda y el presupuesto de 2002.
P. ¿Cuál es la receta que debe seguir Argentina?
R. Debe terminar de reestructurar la deuda con los inversores extranjeros. También necesita grandes acuerdos básicos que apuntalen políticas de recuperación. Han empezado las consultas del Gobierno con distintos sectores, en los que he visto una buena predisposición. Si estas cosas se dan, la cooperación internacional estará disponible para ayudar a Argentina.
P. ¿El problema es político?
R. Político, económico, todo al mismo tiempo. No se puede poner en un solo sector la responsabilidad de la salida.
P. ¿La necesidad de un acuerdo multisectorial se basa en la debilidad del Gobierno?
R. Frente a crisis profundas, se agranda la necesidad de acuerdos políticos fundamentales. Estos consensos enviarían al mundo señales que mejorarían la confianza y serían la base para que los actores privados apoyen los programas que el Gobierno tiene en marcha.
P. En Argentina se habla desde hace varios meses de un pacto entre políticos, empresarios y sindicatos, pero los intereses particulares prevalecen y, de momento, no se ha firmado nada.
R. Usted me está introduciendo en un tema típicamente argentino, que no me corresponde a mí evaluar. Yo sólo digo que más que nunca sería una señal de fortalecimiento de la confianza si hay un acuerdo en temas centrales entre las principales fuerzas políticas del país.
P. ¿Argentina saldrá algún día de su crisis?
R. El Gobierno está ensayando un esquema de ajuste. De producirse con éxito, Argentina saldrá de la crisis.
P. ¿Cuánto tiempo llevará regenerar la confianza de los inversores extranjeros?
R. Argentina tiene una estructura económica interna poderosa. Si el programa económico comienza a funcionar, hay buenas señales políticas y concertación interna, el país puede recuperar rápidamente la confianza de los mercados interno y externo.
P. Con el bajo nivel de inversión de este año, ¿puede esperarse que Argentina crezca el año próximo?
R. Estamos ante realidades concretas. Hay que empezar a dar confianza e invertir cuanto antes. Todo lo pasado ya pasó.
P. ¿Por qué Argentina, modelo de desarrollo entre los mercados emergentes para los organismos financieros internacionales en los noventa, ha desembocado en la crisis actual?
R. Han operado factores internos, pero también externos: la caída de los términos del intercambio, el ajuste de monedas en la subregión, el endurecimiento del dólar. Son factores que han escapado al control de las autoridades en los últimos cinco años.
Una región que espera la recuperación del mundo
Enrique Iglesias reconoció antes de la entrevista que cuidaría bien sus palabras para referirse a Argentina. El presidente del BID desde 1988 -este economista nacido en Asturias y nacionalizado uruguayo está en el cargo por tercer período consecutivo hasta 2003- admitió su enorme preocupación por la crisis de la tercera economía latinoamericana.
Iglesias siempre ha mantenido un fuerte apoyo al plan económico del Gobierno de Fernando de la Rúa, en contraposición con economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en privado sugieren que Argentina devalúe después de diez años de estabilidad monetaria. La suerte del BID está más estrechamente ligada con el efecto tango.
El desarrollo económico de Latinoamérica y el Caribe es el objetivo de este banco, que reúne a 46 países socios, entre los que se encuentran los de la región, Estados Unidos, Canadá y otros países industrializados de fuera del continente, incluido España . En los últimos años, el BID ha aprobado préstamos para reformas sectoriales y programas de reducción de deuda.
El año pasado otorgó créditos por 5.266 millones de dólares. La entidad obtiene fondos de sus socios y de los mercados de capitales de América Latina y el Caribe, Estados Unidos, Europa y Japón. La crisis argentina supone un problema para el BID, según los analistas económicos. Pero la inqu¡etud se extienda a toda Latinoamérica .
Pregunta. ¿Cómo ve al resto de Latinoamérica, afectada por la recesión mundial?
Respuesta. Latinoamérica tiene todas las condiciones para recuperarse, pero todos dependemos de todos. Confío en las predicciones que dicen que pronto el mundo superará esta crisis. Latinoamérica, mientras tanto, debe continuar defendiendo lo que logró en materia de ajuste fiscal.
P. ¿Brasil logró diferenciarse de Argentina para evitar el contagio de la crisis?
R. Se ha mostrado como un mercado sólido y con un importante superávit fiscal primario (no incluye los pagos de la deuda).
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