Zapatero dice que el Gobierno de Aznar sube 11 impuestos porque no le cuadran los Presupuestos
Montoro atribuye las 'actualizaciones' a la financiación autonómica y a directivas de la UE
El Gobierno y el PSOE polemizaron ayer en el Congreso sobre los impuestos para 2002. José María Aznar y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguraron que habrá rebaja del IRPF y desaparecerá el impuesto de actividades económicas. Ante la insistencia del PSOE en que los ciudadanos padecerán 11 aumentos de impuestos y tasas, el Ejecutivo tiró balones fuera y atribuyó esa situación a directivas de la UE, a competencias de las autonomías y a subidas derivadas de la crisis tras los atentados contra Estados Unidos. Los socialistas insistieron en que el Gobierno 'miente' y que la subida de los tributos indirectos, alejada de su promesa electoral de 'más solidaridad y menos impuestos', se debe a que no le cuadran los Presupuestos.
Los socialistas decidieron ayer utilizar todo su cupo de preguntas en la sesión de control al Gobierno del Congreso para interrogar sobre la subida de la presión fiscal a partir del 1 de enero. Abrió la ofensiva el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al requerir las razones de esa ruptura de sus compromisos electorales directamente a Aznar. Siguieron a Zapatero siete parlamentarios con cuestiones concretas al ministro Cristóbal Montoro.
El Gobierno empezó negando la acusación de que 'el PP es caro' porque ha subido 11 impuestos. 'Eso es imposible porque no existen 11 impuestos indirectos', replicó Aznar, que apostilló que los españoles pagarán menos en 2002 que cuando gobernaba el PSOE. Los socialistas explicaron que ellos hablan de impuestos y también de tasas porque, en definitiva, al ciudadano no le importa cómo se denominen esos tributos, sino cómo les repercute en sus bolsillos.
El portavoz socialista de Hacienda, Germà Bel, hizo la síntesis de la interpretación de su partido sobre los argumentos del Gobierno: el Ejecutivo endosa la subida de impuestos y tasas sobre el IVA de peajes, butano, ciclomotores y tabaco a las equiparaciones que impone la UE; el nuevo impuesto sobre las gasolinas para financiar la sanidad lo atribuye a las autonomías, y el alza en los módulos para empresarios autónomos y los alcoholes a la 'actualización moderada' del Índice de Precios al Consumo. Por último, las tasas 'por tierra, mar y aire, a Bin Laden y el 11 de septiembre', dijo Bel en referencia a los recargos aplicados en puertos, aeropuertos y Renfe para aumentar la seguridad tras los atentados contra EE UU.
En las intervenciones de Aznar y Zapatero y en las de los diputados socialistas salió a relucir la espina clavada en el PSOE respecto a las enmiendas aprobadas 'a traición' por el PP en el Senado para crear el impuesto de hidrocarburos y para forzar a las autonomías a que 'traguen' la transferencia de Sanidad si quieren acogerse al modelo de financiación autonómica. 'Ustedes utilizan el Senado para vulnerar el acuerdo de financiación y para la desvertebración territorial', acusó Zapatero.
Aznar no entró a ese debate y optó por intentar desautorizar la credibilidad de Zapatero al achacarle también cobardía y desconocimiento por no haber protagonizado el debate parlamentario de Presupuestos. El presidente aseguró que su Gobierno ha ahorrado 800.000 millones a los españoles con la bajada del IRPF en 1998, otros 900.000 en 1999 y 2000 y ratificó que seguirá en esa línea.
Montoro se acogió a varias coletillas recurrentes en el Ejecutivo para replicar a los diputados socialistas, encabezados por el portavoz, Jesús Caldera. La más socorrida fue achacar todo al pasado de los Gobiernos socialistas: 'Me emociono viendo al PSOE protegiendo a los contribuyentes ahora tras 14 años de subidas'.
El ministro aludió incluso a una reciente enmienda socialista sobre la necesidad de un impuesto finalista sobre las gasolinas para subrayar las supuestas contradicciones internas en el PSOE, que acusa al Gobierno de inventarse tributos para tapar los errores de sus previsiones macroeconómicas. Caldera explicó luego que esa enmienda tenía el mismo fin de dotar de más medios a la transferencia de sanidad pero sin repercutir nunca el coste sobre el usuario.
El PSOE se recreó en la acusación de que por vía indirecta los impuestos suben hasta constituir todo un 'plan de castigo a las familias', con una subida de 35.000 pesetas por casa. 'El Gobierno necesita 400.000 millones que van a pagar los ciudadanos con impuestos y tasas, ya que no les salen las cuentas con estos presupuestos ya inservibles', concluyó Caldera.
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